Música

Barcelona

La fiebre por U2 invade el Camp Nou

Desde el jueves por la tarde los seguidores de la mítica banda irlandesa llenaron las inmediaciones del estadio azulgrana. El lleno absoluto aseguraba que el concierto sería una fiesta por todo lo alto.

La fiebre por U2 invade el Camp Nou
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La fiebre U2 ha estallado. Barcelona parecía ayer una ciudad invadida por los fans del grupo irlandés, que llegaban de todas las partes del planeta, y no es una frase hecha. Había australianos, alemanes, chilenos, franceses y hasta una pareja de jamaicanos. Cada uno iba con su bandera, orgulloso del viaje que habían hecho para llegar hasta aquí. «Nos hemos ahorrado la noche de hotel acampados aquí», afirmaba ayer Juanjo, un valenciano que llegó a las ocho de la noche del jueves para ser uno de los primeros en entrar.El ambiente festivo y la locura generalizada se respiraba desde primeras horas de la mañana. A las doce del mediodía, con el sol en su máximo esplendor, la gente empezó a quitarse sus camisetas de U2. No importaba, estaban tatuados en el pecho con el nombre de la banda, su amor no se puede ocultar.El concierto empezaba a las 22.00 horas, pero las puertas se abrían a las cinco de la tarde. Para pasar las horas se habían traído de todo, desde parchís a libros de Jackie Collins, pero sólo con pensar en el concierto de la noche ya era suficiente para pasar las horas. «Seguro que será la mejor gira de la historia. El escenario es una pasada», comentaba Jordi, uno de los pocos representantes del público local que se pasó por la mañana a hacer cola.El tema de conversación generalizado era qué canciones iban a tocar. Las favoritas, «Sunday bloody sunday», «One» y «In the name of love». «Ayer escuchamos el ensayo y se te ponían los dientes largos» decia Michael, un argentino residente en Barcelona que también había pasado la noche a la intemperie.Problema para la reventaNo había un criterio homogéneo a la hora de valorar los temas del disco que defiende U2 en esta gira, «No line on the horizone». A todos les gustaba el «single», «Get on your boots», pero lo que querían escuchar era, sobre todo, sus grandes clásicos. «Hemos leído que tocan seis temas del nuevo disco. Son tan buenos que cualquier canción se multiplica por mil en directo», decía Pedro, un aragonés que había venido con cuatro amigos en coche. «La ventaja de ser autónomo, no tienes que pedir permiso para no ir a trabajar», afirmaba.La curiosidad máxima estribaba en el nuevo escenario. La idea de un concierto que se puede ver en 360 grados, es decir, que el público rodearía todo el estadio, les intrigaba, sobre todo porque en muchos momentos del concierto verían a Bono de espaldas. «He visto todas sus giras desde el "Zootv"y cada año te sorprenden. Estoy seguro de que esto será diferente a todo lo que hemos visto hasta ahora», aseguraba Luis, un abogado de 35 años que afirmaba que el jueves volvería al Camp Nou y que la próxima semana viajaba a París para disfrutarlos una tercera vez.Un grupo únicoEl «stadium rock» está en decadencia, pocos grupos pueden sustentar giras tan costosas como U2, pero está claro que los irlandeses tienen vida para rato. Las 90.000 entradas puestas a la venta se agotaron a los 54 minutos. Para el segundo concierto se vendieron más de 65.000 en tres horas. Aun así, la organización, con la disposición del escenario, consiguió abrir más el aforo. En las taquillas del estadio todavía se acercaba gente a preguntar. Por la mañana todavía quedaban entradas a 96 euros, algo que frustró las ilusiones de muchos reventas. «No se ha acercado mucha gente, pero por la web la venta de última hora va disparada», comentaban en las taquillas. Tenían razón, la cola para recoger las entradas compradas en la wed daba varias vueltas.A medida que se acercaba la hora de abrir puertas, la gente estaba más excitada. Nadie hace una cola de 36 horas para que luego venga un listillo y se te cuele. Para evitar líos y mantener a la gente informada había por la larga cola de unos cien metros personal de seguridad con magnetofón para que no hubiese líos. Había quien incluso se trajo su guitarra y no hay nada como cantar «One» para amansar a las fieras. Después del concierto, seguro que ninguno de estos seguidores se arrepentiría de la odisea que habían vivido.

«¿Conoces al telonero?»Los seguidores más madrugadores de U2 tampoco se querían perder al telonero, Snow Patrol, grupo que ya acompañó a la banda en su anterior gira, «Vertigo Tour», aunque la mayoría desconocía quién era. Venían a presentar su cuarto álbum, «A hundred milion suns». «Lo ha escogido Bono, así que seguro que son buenísimos» decía Pedro, un arquitecto de 37 años.