La investigación por el crimen del narco apunta a deudas con las FARC

MADRID- Tras el asesinato de Leónidas Vargas Vargas, el «narco» colombiano tiroteado el jueves en su habitación del hospital 12 de Octubre por dos sicarios, según qué teléfonos comenzaron a echar humo al otro lado del charco. Y muchas llamadas eran de «felicitación», como la que recogía ayer el diario colombiano El Tiempo en su edición digital. Fuentes de los servicios «antimafia» de aquel país informaban al medio de que en algunas de estas charlas interceptadas se hablaba del fallecido como «puente de entrada a Europa». Una calificación que indicaría que la influencia de Vargas no era despreciable, incluso ahora que se encontraba gravemente enfermo. Tampoco lo era en 2006, cuando, pese a estar lejos los tiempos de gloria al lado de «capos» como Gonzalo Rodríguez Gacha «El Mexicano», todavía tenía medios para introducir en España grandes cargamentos de «coca». Esa es, pues, una de las líneas de investigación: qué más allá de la pura «vendetta» por agravios pasados, Vargas era todavía un peón importante en la entrada del blanco elemento en Europa y las consiguientes luchas de poder. Otra posibilidad, dadas sus antiguas conexiones con el grupo guerrillero, es que tuviese todavía deudas que pagar con las FARC. Deudas que se habrían saldado con sangre. Al parecer dos hijos de Vargas habían sido asesinados ya por problemas con este grupo guerrillero, parte de cuya financiación está relacionada con la exportación de cocaína que se cultiva en las amplias zonas bajo su control en Colombia. Fuentes diplomáticas de este país en España confirmaron ayer la identidad del fallecido, pese a que los diversos alias que usó en vida habían creado una cierta confusión al respecto. En la polémica operación en la que fue capturado, a finales de julio de 2006, se incautaron un total de 513 kilos de cocaína procedente de Perú y que había llegado a Valencia en contenedores cuya supuesta carga eran piñas. En la operación, además de Vargas, fueron detenidas seis personas. Por otra parte, el Comité de Seguridad y Salud del Hospital 12 de Octubre se reunió ayer para analizar el crimen. Fuentes del hospital indicaron que estas reuniones se celebran «aproximadamente una vez al mes y siempre que haya algún asunto que lo requiera», sin que sea excepcional. En las reuniones del Comité de Seguridad y Salud participan aproximadamente 20 personas, entre ellas representantes de la dirección, de los sindicatos y profesionales sanitarios. Los representantes de los trabajadores están «tranquilos, aunque tristes» por la idea de que tengan que poner arcos de seguridad en el hospital.