Disturbios
Bangkok recobra la calma por ahora
BANGKOK- La capital tailandesa volvió a recuperar ayer la normalidad después de tres largos días en los que el Gobierno se vio obligado a sacar el Ejército a las calles para mantener el control de la ciudad, tomada literalmente por decenas de miles de manifestantes, que intentaron tumbar al primer ministro, Abhisit Vejjajiva, levantando barricadas y desatando el caos en el centro histórico.Tras 48 horas de vandalismo y escaramuzas violentas, y una vez que los soldados arrinconaron a los últimos 2.000 amotinados que se resistían a abandonar, el pulso no tardó en acabar. A primera hora de ayer, los líderes de los denominados «camisas rojas» claudicaron, rendidos de sueño.La reacción de las autoridades no se hizo esperar y a media tarde los tribunales lanzaron la orden de búsqueda y captura contra los 13 principales cabecillas, así como contra el magnate Thaksin Shinawatra, hostigador de las revueltas y ex primer ministro, exiliado tras el golpe militar que lo depuso en septiembre de 2006. En un país donde la imparcialidad de los tribunales es más que dudosa, los jueces se han lanzado a la caza de los «camisas rojas» por acciones muy parecidas a las que protagonizaron sus rivales, los «amarillos», hace tan sólo seis meses, cuando tomaron al asalto los aeropuertos del país. En aquella ocasión la magistratura no sólo no persiguió a los amotinados, sino que tomó partido a su favor, dando la puntilla al Gobierno «colorado» con una serie de sentencias que propiciaron la llegada de Vejjajiva al poder.Las élites urbanas han ganado la batalla a los representantes del campesinado y los estratos más pobres. Pero la guerra, insisten los «colorados», no ha hecho más que empezar.
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