España
«La SGAE necesita caras nuevas»
José Miguel Fdez. Sastrón / miembro de la junta directiva
La Asamblea Anual de la SGAE no podría llegar en un momento más tenso. En los últimos meses, los escándalos se han sucedido con tanta regularidad que un sector de la Junta Directiva no oculta su preocupación por la deriva de la entidad. Uno de ellos es el músico José Miguel Fernández Sastrón, que aboga por una renovación tranquila, tanto de nombres como de ideas, en la sociedad que lidera desde hace un cuarto de siglo Eduardo Bautista.
-Usted asegura que existe un divorcio de la SGAE con la sociedad...
-Sí. Tenemos que hacer examen de conciencia, porque algo habremos hecho mal. Tenemos que contar mejor lo que hacemos y por qué lo hacemos.
-Una persona con la imagen tan dañada como Eduardo Bautista, ¿tiene credibilidad para pilotar el cambio?
-Credibilidad sí que tiene. A Teddy se le ha demonizado, porque es quien está al frente. Pero, hoy por hoy, hay un sentimiento mayoritario entre los autores de que es la persona que mejor le puede representar. Eso sí, cuando una negociación se encona, quizás haya que renovar los interlocutores.
-O sea, que habría que plantearse cambios en la cúpula...
-Necesitamos que haya un poco de renovación. Y hacen falta caras nuevas para afrontar las negociaciones.
-¿Incluyendo a Bautista?
-Incluyendo a todos.
-¿Debería producirse un relevo generacional?
-Teddy tiene 66 años, así que por edad no le queda mucho. Es evidente que el relevo tiene que producirse en un plazo razonable. Pero cuando más suave sea, mejor. Sería malo que Teddy se fuese de repente.
-¿Aboga entonces por que Bautista vaya pasando a un segundo plano?
-En el tema de la comunicación, creo que sí. Ha luchado en muchos frentes y, al final, resulta difícil llegar a un acuerdo con una cara con la que has discutido demasiadas veces. Eso no implica un cambio de gestión drástico, porque él conoce lo que se hace mejor que nadie. Pero sí un cambio en la comunicación: no creo que Teddy sea quien tenga que salir todo el rato en los medios.
-¿Ha tocado fondo la imagen de la entidad?
-Lo he pensado tantas veces, pero acaba surgiendo algo nuevo. La imaginación es ilimitada, pero me cuesta pensar que vayan a buscar algo peor para dañar nuestra imagen. Espero que la situación se corrija. Y lo importante es dar la carita.
-Pues Bautista todavía no ha hablado del asunto…
-El escándalo le pilló fuera de España. Pero es que no tiene que ser él quien siempre dé la cara. No es bueno que dependamos de que siempre haya un líder carismático. Debe dar un poco igual quien esté en la cumbre.
-¿Qué más cambiaría en la SGAE?
-Tenemos que cambiar nuestro concepto de cliente. No podemos ver a cualquiera que usa nuestro repertorio como el enemigo, sino como un cliente que intentará regatear el precio, igual que ocurre en todos los negocios.
-Pues será consciente de las acusaciones de «matonismo» a muchos de los cobradores de la entidad…
-Sí, aunque sean casos sueltos. Eso hay que cambiarlo. Cualquiera que represente a la SGAE en el exterior debe estar a la altura. Y tenemos que crear un departamento de atención al cliente, para que cualquiera pueda transmitirnos cualquier queja de forma sencilla. Eso se está haciendo, pero lo importante es que la gente lo sepa.
-En el caso de los cobros a conciertos benéficos, ¿cuál fue su primera impresión?
-La misma que todo el mundo: ves al pobre niño y te preguntas qué pasa aquí. Pero si conoces un poco el tema, sabes que la situación no es exactamente como la pintan.
-¿A qué se refiere?
-En los conciertos benéficos, el artista tiene la generosidad de actuar gratis, pero me imagino que los de la luz o el sonido sí que cobran. Así que los autores también tienen derecho. Eso sí, supongo que muchos estarían dispuestos a renunciar a sus derechos si les avisan antes. Pero la SGAE no puede presuponerlo.
-Pero, si la situación no cambia, es cuestión de tiempo que estalle un nuevo escándalo. ¿Qué debería aprender la SGAE de todo esto?
-Tenemos que aclarar la situación. Lo más fácil es que quien organice un concierto de este tipo nos avise con tiempo y nos mande el repertorio que va a emplear. Así, nosotros podríamos contactar con los autores para ver si quieren ceder sus derechos o no. Porque si la SGAE no tiene instrucciones en otro sentido, tiene que cobrar.
-Con todos estos escándalos, la imagen del artista está sufriendo. Se le ve como un personaje antipático…
-Eso es lo que más me preocupa. Y es por un problema de falta de información por nuestra parte. Al final, lo que le llega al ciudadano es que aquí pasa algo raro.
Melodías inolvidables
Posiblemente no haya nadie en España que no sea capaz de tararear varias melodías de José Miguel Fernández Sastrón. Durante muchos años, el marido de Simoneta Gómez Acebo, sobrina del Rey, pagó las facturas componiendo música por encargo. Suya es la celebérrima «Me gusta el fútbol», la copla que usó Canal Plus para anunciar los partidos. O el «Acompáñame, una noche más…» de «Sorpresa, sorpresa», el programa de Isabel Gemio. También ha trabajado en bandas sonoras, ha colaborado con cantantes de renombre y ha compuesto música sinfónica. Aunque, últimamente, cada vez le apasiona más el tema de la gestión de la propiedad intelectual». Y se le escapa una sonrisa cuando le preguntan si le gustaría suceder a Eduardo Bautista al frente de la SGAE. «Aunque si ves su agenda, se te quitan un poco las ganas…», asegura.
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