Nueva York
La vida en chanclas
DÓNDE. En la sede europea de Havaianas. C/ Menorca, 17. Madrid. www.havaianas.comCUÁNDO. El jueves, 18 de junio de 2009, a las once y media de la mañana.COMER. Canapés variados, zumos de frutas y mini chanclas de chocolate.LA CUENTA. Invita la casa.
Si hace unas semanas el obstáculo a sortear fue un portugués poco definido, «portuñol», que decíamos con Tasha de Vasconcelos, esta vez toca más de lo mismo pero a ritmo de samba y con acento alemán. Todo ocurrió más o menos así: un día de esos en los que quienes vivimos en Madrid recordamos que aquí no hay playa, aprovechamos para ir en busca de unas chanclas. Y así, caminando por el pegajoso asfalto, nos topamos con Carla Schmitzberger, mujer inquieta de apellido impronunciable que intentaremos no repetir para no distraerles más. Ella es la directora general de Havaianas, esas sandalias de goma que todos querrían haber inventado y que casi todos lucimos en cuanto se dispara el termómetro. Baratas, casi irrompibles, antideslizantes y tan imitadas que la lucha contra el asalto de los piratas cada día es más complicada, acaban de aterrizar en Europa de manera oficial y, además, con sede en Madrid. No es que no estuvieran antes, que eso ya lo sabíamos, sino que, según explica Carla, querían tener una presencia fija en uno de sus mercados más fieles. Una vez decidido esto, tuvieron claro que España debía ser el punto de referencia por cuestiones climáticas. Sin embargo, le preguntamos a Carla si no han pensado en alguna manera de entrar en mercados donde el verano apenas dura un mes, alguna estrategia para que las Havaianas no tengan fecha de caducidad. Ella se ríe, dice que es muy difícil lograr un producto tan perfecto como estas chanclas en versión invernal, pero también recuerda que un año lanzaron unos calcetines específicos para meter bien el dedo y que quizá ahí esté el secreto. El suyo, el de esta alemana infatigable, es vender algo que a primera vista se vende solo, pero qué va. Retomamos a los piratas y ella nos explica dónde están las siete diferencias. Por ejemplo: en el tramado de la suela, en el relieve de las tiras o en la bandera brasileña que las adorna. Sin embargo, las falsificaciones siguen ahí fuera, inasequibles a las demandas y a la persecución tenaz.
Carla, licenciada en Ingeniería Química por la Universidad de Cornell, en Nueva York, saltó hace unos años del mundo de la cosmética al de las finanzas para, poco después, bajar al suelo en chanclas y ver la vida desde Sao Paulo, en Brasil. De ahí que, antes de despedirnos para customizar un par en plan personalizado, le preguntemos cuáles son sus favoritas, las que deberíamos comprar ya ahora que el verano ha caído de golpe. Primero duda porque las quiere a todas por igual, pero al fin se decide: las Ipê (Instituto de Pesquinas Ecológicas), un modelo solidario diseñado por la artista americana Shirley Felts. ¿Y cómo son? Pues, además de benéficas, ya que el 7% de los beneficios van destinados a ayudar al medio ambiente, van estampadas con paisajes selváticos. De lo más fresco.
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