Beltrán Gómez-Acebo
Laura Ponte y Beltrán Gómez-Acebo se separan
Dicen que la esposa de Teddy Bautista, Paloma Morla, pide limosna por las calles
Se trata de un doble impacto emocional. El primero, que ya está confirmada la separación de Laura Ponte, hasta ahora casada con Beltrán Gómez-Acebo, de quien dicen y hasta redicen. El segundo viene más al pairo de la actualidad, siempre descalificadora. Casi todos comprenden la imposibilidad de una reconciliación entre la maniquí gallega y el cuarto hijo de doña Pilar de Borbón. Además, ésta supone la segunda ruptura en el seno de la familia del Rey, aunque Doña Elena y Jaime de Marichalar son de la Familia Real.
Muchos lo veían venir, e incluso esperaban tan liberadora separación, muchas veces asegurada en los mentideros y siempre desmentida por la paciente Lauriña, que calló y sufrió. Todo lo achacaba a «obras en casa y convivencia con mi suegra», aun reconociendo que Doña Pilar jamás se interpuso ni terció en los problemas del joven matrimonio.
Con las maletas a cuestas
Un tiempo después del enlace, celebrado en La Granja en septiembre de 2004 y del que nacieron Luis y Laurita, hoy de cuatro y tres años, Laura fue recuperando la profesión abandonada tras la boda. Y, con ella, la ilusión y un futuro que parecía prometedor. Luego vino lo que vino y las revistas de hoy incluyen fotos de la modelo sacando las maletas del hasta ahora domicilio conyugal, ya que ella vuelve al que siempre tuvo en el centro de Madrid. Aquello está hecho un campo de batalla por las mejoras (?) del incansable Alberto Ruiz-Gallardón, que ha puesto Madrid patas arriba sin considerar los desórdenes de tráfico o el aire desolado que ofrece la antaño Villa y Corte.
Y, mientras algunos andan a la expectativa siguiendo los acontecimientos por si hay reconciliación inminente –algo que juzgan improbable «porque ella ya no aguantaba más», certifican–, lo de Teddy Bautista y su esposa, Paloma Morla Siles, estremece casi tanto como la persecución que hace la Sociedad General de Autores, presidida por el ex músico en su desmedido afán recaudatorio.
Durante los Premios Mayte comentaron que Paloma, esposa de Bautista y con quien tuvo una hija llamada Yaiza, ha sido vista por las calles pidiendo limosna. Yaiza, que ahora tiene 26 años, no mantiene ninguna relación con ellos después de que su padre se quedara con la custodia. La historia estremeció a la siempre emperifollada Concha Márquez Piquer, que escuchó atenta el testimonio de Juanjo Alonso Millán, el mismo que durante veinte años fue impoluto titular del cargo que ahora ostenta Teddy:
-Teddy y Paloma se conocieron cuando yo monté «Annie, la pequeña huerfanita», el 20 de septiembre de 1981 en el Teatro Príncipe. Los contraté a ella como coro y a Teddy, que venía de «Jesucristo Superstar», para el personaje del gallo. Estaban sin un real, y celebraron la fiesta en Pachá, que entonces era mío. Luego le hice entrar en la Sociedad de Autores.
Lo evocaba Alonso Millán ante un Mariano Torralba que dio el primer aviso alertador del penoso estado en que está la un día espléndida y atractiva mujer del canario. Los tres escandalizados se mezclaban con exclamaciones críticas. Desde Pepe Rubio, que reapareció tras siete meses entre la vida y la muerte –«no daban con lo que sólo era anemia»–, al encanto de Rosa Valenty, mientras Antonio Gala, que protestó al ser pisado por Vicky Peña, ganadora del premio Mayte, también se dejó ver después de haber estado en cama un par de meses por un pinzamiento en la espalda.
Gala escribe nueva novela, «Los lazarillos ciegos», que en principio ideó como comedia, «pero quedaba corta, de ahí que la alargase». La festiva noche del Mayte dio también diez premios al «Sweeney Todd» de Vicky y Mario Gas como el mejor de los musicales, mientras incomparecieron como finalistas Carmen Machi, Blanca Portillo, Aitana Sánchez-Gijón, tumbada en el primer escrutinio, y María Adánez. Lo de Vicky es justo, merecido y ganado a pulso.
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