«Los jóvenes aspiran al famoseo rápido»

-¿Nos resume sus labores?

-Escribo novelas juveniles. Gestiono la web de la saga «Crepúsculo». Soy lector de novelas juveniles para editoriales. También he creado, junto a varios amigos, una revista online de literatura juvenil, «El templo de las mil puertas».

-¡Cómo abarca! ¿No responde un poco al perfil de niño repelente?

-No, no hago estas cosas para que me miren. Hay gente que, sin conocerme, me juzga repelente por el hecho de destacar. Incluso me dejan mensajes poco amigables en mi web…

-¿Se siente maltratado por la vida?

-¡No, todo lo contrario! Me han querido mucho. No he sufrido traumas ni enfermedades graves. Además, tengo 21 años y ya me invitan a la Semana Negra de Gijón.

-Siendo tan precoz, ¿piensa de vez en cuando en la muerte?

-Pienso en lo mal que se sentirían mis familiares y amigos si me muero. Por si acaso, he hecho resúmenes de las sagas literarias que proyecto por si alguien las quisiera continuar.

-Me reconocerá que aspira a ser famoso…

-Pues no. Muchos chavales me escriben preguntándome mi opinión sobre sus textos. La mayoría me cuenta que quiere triunfar con la literatura. Los jóvenes de ahora aspiran al famoseo rápido.

-¿Para qué escribe, pues?

-Por la fama, no. Vendrá o no vendrá, pero no es lo que me mueve. Escribo porque me gusta contar historias. He leído mucho. Tengo cosas que decir y creo que puedo divertir o hacer llorar a la gente.

-Dice el tópico que su generación es adicta al botellón.

-Y desimplicada, insolidaria, drogadicta y no lectora. Es una lástima. Mis amigos se ríen de esos tópicos. La carnaza atrae a los medios, pero los jóvenes leen.

-¿Será verdad?

-No leemos «La regenta» o «La celestina», pero sí «Crepúsculo» o «Harry Potter». Entonces, ¿de qué se quejan los mayores? Son historias muy buenas, nos hacen disfrutar. «La regenta» se debe leer: es un clásico, como «El Quijote», pero…

-¡Viva «Harry Potter», abajo «El Quijote»!

-Lo más importante es hacer que los jóvenes lean, y eso se consigue con libros como «Crepúsculo». Yo mismo estoy trabajando en una novela de ciencia ficción.

-Cuente, cuente...

-La acción se desarrolla en un futuro imaginario donde el mar se ha tragado buena parte de la tierra, es difícil sobrevivir y existen criaturas con poderes muy sorprendentes y peligrosos.

-Le van las distopías.

-Me gustan mucho novelas como «Traición», de Scout Westerfield, donde los jóvenes son operados de cirugía estética a los 16 para hacerlos guapos a todos. De esta manera, la sociedad elimina cualquier tipo de discriminación física.

-¡Que se mueran los feos!

-También vuelven blancos a los negros o amarillos. Es muy triste, porque vamos hacia algo parecido: ahora es muy fácil que una chica de 16 años se opere las tetas o se retoque la nariz. Sólo cuenta el envoltorio.

-Lo dice usted con ventaja, so guaperas.

-La cirugía estética hace que pierdas tu identidad. Dejas de ser tú mismo. Si fuese feo, reivindicaría la belleza interior. Además, sé de qué va eso de que te discriminen por feo: pasé una adolescencia muy dura. Era gordo y tenía granos por todas partes. No paraba de decir: ¡estoy aquí adentro, socorro!