Cataluña

Los testigos del triple asesinato en la joyería incriminan a un acusado

El acusado declaró que no recuerda nada ya que recibió un golpe en la cabeza cuando estaba dentro de la joyería.

Los testigos del triple asesinato en la joyería incriminan a un acusado
Los testigos del triple asesinato en la joyería incriminan a un acusadolarazon

«iba hacia el mercado cuando ví salir a un hombre de la joyería, detrás a Rosa ensangrentada a pedir socorro, y tras ella salió otro cuesta arriba con un cuchillo en la mano». Estas palabras de una testigo protegida, amiga y vecina de la familia de joyeros Royo, fueron las únicas que incriminaron con claridad a los dos acusados del triple crimen de Castelldefels. En la segunda sesión del juicio, el resto de los testigos vieron salir armado a Fernando S.M. del establecimiento pero alientaron la duda respecto a su sobrino, Juan Antonio S.H., donde murieron tres personas.
Una docena de testigos protegidos desfilaron ayer por la Audiencia de Barcelona para declarar ante el jurado popular. Sus aportaciones no hicieron más que sustentar la versión de Juan Antonio S.H., quien aseguró que esperó en la calle a que su tío reparara un aparato de aire acondicionado de la Joyería Royo, hasta que le vio salir ensangrentado.
La mayoría de los vecinos, que fueron quienes prestaron el primer auxilio a las víctimas, aún con vida tras el ataque, reconocieron haber visto a uno o los dos procesados huir corriendo tras el crimen. «Ví al hijo del matrimonio salir a pedir ayuda, a continuación su madre y a una o dos personas que salían corriendo», recordó un comerciante de la zona. «La situación en la joyería era dantesaca, con mucha sangre por todas partes», explicó el testigo que fue a auxiliar a los heridos que murieron minutos más tarde.
Un Mosso d'Esquadra, que se encontraba fuera de servicio paseando a su perro, reconoció haber visto al más joven de los dos acusados en una plazoleta cercana «con actitud nerviosa». «Cinco minutos más tarde volví a pasar por el mismo lugar y el joven no estaba, pero sí el otro, más mayor, con un revolver plateado», dijo. «Salí corriendo a darle el alto y me apuntó con el revólver», añadió el policía autonómico.
En ese momento, llamó a la Policía y les siguió «a paso ligero» hasta la caseta de una piscina municipal donde se refugiaron y más tarde les detuvieron. «Al detenerles en la caseta no parecían drogados o somnolientos, estaban asustados», dijo un agente municipal que intervino en el operativo.
La Fiscalía pide 144 años de prisión por asesinar al matrimonio y a su hijo a golpes de machete el 29 de noviembre del 2005.