Mohamed VI luces y sombras de diez años de reinado

Diez años después de su entronización, el balance del reinado de Mohamed VI presenta claroscuros y ambigüedades. Las esperanzas que se depositaron en él, dentro y fuera del país, no se han visto colmadas, aunque sí se han registrado mejoras con respecto al régimen de su padre. En el lado positivo, destacan el crecimiento económico, con iniciativas impulsadas personalmente por el rey a través de agencias no gubernamentales; la realización de grandes infraestructuras, y su decidido combate al radicalismo islámico. En el lado negativo, hay que reprochar a Mohamed VI que no haya reformado la Constitución para liberar a la monarquía de su fisonomía feudal, que le otorga todos los poderes y reduce a los partidos políticos a meras comparsas. Aunque ha habido avances con respecto a los derechos de la mujer y se ha reparado a las víctimas de la brutal represión de Hasán II, el respeto a los derechos humanos es insatisfactorio. También las relaciones con España presentan claroscuros y, si bien discurren en un clima de entendimiento, con logros importantes en inmigración, no se deben olvidar ni su provocación en Perejil ni su sobreactuación diplomática con motivo de la visita de los Reyes a Ceuta y Melilla. Una década, en suma, que habiendo registrado progresos pudo haber sido menos decepcionante.