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Muere Merce Cunningham padre de la danza contemporánea

Muere Merce Cunningham padre de la danza contemporánea
Muere Merce Cunningham padre de la danza contemporánealarazon

Como a Marta Graham, su maestra, que estrenó su última coreografía con 96 años, el destino también ha querido regalar a Merce Cunningham una larga y prolífica vida que acabó la madrugada del pasado lunes, en su casa y por «causas naturales», según informaron desde su fundación. No es la única coincidencia en la biografía de estos dos creadores consagrados a expandir y engrandecer el concepto de danza contemporánea. Graham creó una técnica basada en la relajación-contracción del cuerpo y Cunnigham la hizo suya durante el tiempo que actuó como solista de su compañía, entre 1939 y 1945. Su gran socio Después de haber sido profesor en el American Ballet (1949-1950), el coreógrafo fundó su propia compañía de danza,a la que puso su nombre, y que se inició en una comunidad de artistas del estado de Carolina del Norte, donde conoció a pintores, entre otros, Jasper Johns y Robert Rauschenberg. Posteriormente colaboró con otros artistas como Andy Warhol y Frank Stella. Sus creaciones replantearon el concepto de danza apoyándose en cuatro pilares. Para empezar, consideró que cualquier procedimiento es válido como método para componer (el orden de los movimientos, el número de bailarines...); concedió gran importancia al azar, pues según sus enseñanzas, modifica el hábito y permite nuevas combinaciones; otorgó a la música, el vestuario, la escenografía, la iluminación y la coreografía tienen su propia identidad y su propia lógica a cada uno por separado; además otorgó el rango de solista a cada bailarín de la compañía y consideró que cada espacio debía «ser bailado». «Al acercarme a una nueva pieza, todavía trato de encontrar formas de usar el azar», declaró en alguna ocasión. «En definitiva, se trata de abrir mis ojos ante algo que no sé, en lugar de simplemente repetir algo con lo que ya he trabajado». Crucial resultó su encuentro con el músico John Cage en el Instituto Cornish en la ciudad de Seattle (Washington), pues encontró un socio artístico y un compañero sentimental que le acompañó hasta la muerte de éste en 1992. Ambos exploraron la autonomía de la danza y la música en escena y su insaciable apetito artístico les llevó a experimentar en diferentes corrientes y disciplinas artísticas. Nuevo clasicismo Pese a su decidido espíritu neoyorquino, Cunninghan encontró el éxito en Europa, especialmente en 1964 en París, donde fue encumbrado por la crítica como el sucesor de Diaghilev al convertirse en el precursor del nuevo clasicismo. Esta aclamación hizo que la crítica neoyorquina empezara a tenerle en cuenta. Junto a Graham y Balanchine convertirían a Nueva York en la capital mundial de la danza. Cunningham fue siempre un observador privilegiado e incluyó movimientos de la vida diaria como base fundamental de sus trabajos coreográficos. «Merce vio belleza en lo ordinario, y eso era lo que lo hacía a él extraordinario», declaró ayer Trevor Carlson, director ejecutivo de la Fundación Cunningham. «No permitió que los convencionalismos lo dirigieran... era un artista genuino, honesto y comunicativo en todo lo que hizo». A este respecto también pudimos leer en «The New York Times», allá por 1982: «Con lo juguetón que siempre parece, Cunningham ha sido siempre uno de los artistas más serios de América... uno de los pocos verdaderamente revolucionarios en la historia del baile». Entre sus piezas más reconocidas está: «Septet» (1953), «RainForest» (1968), «Sounddance» (1975), «Exchange» (1978), «Trackers» (1991), «Pictures» (1984), «Fabrications» (1987), «Cargo X» (1989) y «Biped» (1999). «Mi idea siempre ha sido explorar el movimiento físico humano», aseguró Cunningham hace un mes. «Quisiera que el Fondo continúe haciendo esto, porque el baile es un proceso que nunca se detiene y no debería detenerse si es para permanecer vivo y fresco». Además de un gran creador, Cunnigham ha destacado como gestor de su compañía y su fundación; de hecho, presentó recientemente el «Plan de legado vivo». Consciente de que su tiempo se agotaba, quiso que tengan asegurada una última gira de dos años. Luego la compañía cesará sus operaciones. Sus activos se transferirán al fondo, que mantendrá los derechos, licencias y preservará sus coreografías en formato digital para disponibilidad futura de artistas, estudiantes, escolares y público. Precisamente, su última creación, «Casi noventa», tuvo su estreno europeo el pasado 30 de abril en el Festival Madrid en Danza. El montaje tenía la peculiaridad de contar en escena con los intérpretes de la música original compuesta por el integrante de Led Zeppelin, John Paul Jones, la banda de rock Sonic Youth, y la compositora japonesa Takehisa Kosugi. una pieza de arte efímera¿ con la que se ¿da su sitio¿ a la danza en el arte contemporáneo, Aclamado en Europanuevo Dsu Fiscalía de Cataluña consideró ayer que «existen indicios» sobre una supuesta desviación de 2,29 millones de euros de los fondos del Orfeó Català, la entidad que gestiona el Palau de la Música de Barcelona y que preside Fèlix Millet. Un juez de Barcelona investiga si Millet y otros tres directivos de la Fundació Orfeó Català-Palau de la Música y la Associació Orfeó Català desviaron entre 2003 y 2004 esos fondos. Todo comenzó a raíz de una querella presentada por la Fiscalía de Delitos Económicos, que lleva más de medio año investigando el caso. Se detectaron operaciones «sospechosas» de las entidades gestionadas por el Palau de la Música. La Fiscalía Anticorrupción interpuso una querella por apropiación indebida y falsificación contra Millet y otras tres personas de la Associació Orfeó Català. Sin justificación La Agencia Tributaria pidió, tras detectar estas presuntas irregularidades, que aclararan la procedencia y destino de ese supuesto movimiento de fondos. Los justificantes que se presentaron eran, según la Agencia Tributaria, «poco fiables», por lo que se trasladó el caso a la Fiscalía. La investigación derivó ayer en un registro de nueve horas efectuado por los Mossos d¿Esquadra en las oficinas del Palau para «descubrir los rastros financiero-contables de las operaciones sospechosas». La querella está bajo secreto de sumario y no trascendieron muchas conclusiones de la operación, pero LA RAZÓN pudo saber que existen indicios respecto a la supuesta desviación de fondos, que se habría efectuado siempre con billetes de 500 euros, a veces con movimientos de hasta 300.000 euros de una sola vez. Un portavoz de la Fiscalía confirmó a este diario que la Agencia Tributaria tiene «conocimiento de dichos indicios», pero recordó que «aún tenemos que recabar información, aunque la querella tiene base». Un comunicado de la misma fiscalía confirmó que, tras el registro en el Palau, los Mossos d¿Esquadra hallaron «indicios» que demostrarían todas estas sospechas. Subvenciones públicas El presunto desvío de los más dos millones de euros no estaría reflejado en las cuentas de las entidades citadas, sino que se transfirieron a destinatarios desconocidos. En este caso, cabe resaltar que tanto la Associació Orfeó Català-Palau de la Música como la Fundació Orfeó Català reciben dinero público. De momento, se está recabando toda la información y con ella se decidirá el siguiente paso. Los Mossos también interrogaron a diversos departamentos del Palau de la Música, que negaron saber nada acerca de estas presuntas irregularidades. Los Mossos entraron en el Palau a las 10.45 horas y no acabaron su registro hasta las 19.25, cuando sacaron 13 cajas y una bolsa con material y documentos. El propio Millet estuvo presente durante el registro, y abandonó el Palau por la puerta de atrás, oculto tras un paraguas y sin querer hacer declaraciones. La sorpresa e incertidumbre invadieron así las inmediaciones del Palau de la Música en el mismo momento en que se inició el registro. Los numerosos turistas que siempre atrae el palacio modernista veían perplejos el dispositivo policial y la aparición de los medios de comunicación. En un primer momento, los mossos prohibieron la entrada de los trabajadores y músicos que iban a ensayar al coliseo modernista, a la vez que no dejaban salir a nadie que estuviese en las oficinas del mismo. Los turistas pudieron, finalmente, hacer el tradicional recorrido por las instalaciones del centro ajenos al asunto que ha hecho que un edificio que la Unesco declaró en 1997 Patrimonio de la Humanidad viviera ayer su momento más triste. La denuncia de la fiscalía irrumpe tras las celebraciones del centenario del Palau, motivo por el que estuvo nominado a los Premios Príncipe de Asturias con el apoyo de más de 600 auditorios de todo el mundo y de personalidades clave de la música. La fundación comenzó su andadura el 17 de diciembre de 1990, una iniciativa del propio Millet que tenía que servir como instrumento de promoción de la música catalana y generador de recursos para las actividades del Palau. Su objetivo primero era acoger al Orfeó Català, dotarlo de recursos para asegurar su viabilidad como coro de referencia internacional, además de promover la docencia y la investigación. Su organigrama está presidido por Millet, con tres vicepresidencias y Rosa Garicano como directora general. Su tesorero es Enric Àlvarez i Vila. La institución está apoyada por 200 empresas, 165 patronos y 540 «Amigos del Palau». La sociedad civil ha sido, desde su comienzo en 1908, el motor de la institución y su gran valedor. El propio Millet, en una entrevista a este diario por motivo del centenario, aseguraba que el éxito del centro se debía a que la ciudadanía «lo sentía como propio». En marzo, sus responsables anunciaron un presupuesto para la próxima temporada de más de 10 millones de euros, con el que se financiarían doce ciclos y 159 conciertos en el palacio de Doménech i Montaner. Los responsables del centro rehusaron ayer hacer declaraciones, mientras desde el Orfeó, a través de un comunicado, manifestaban su «absoluta confianza en los óganos de gobierno de la institución», a la vez que afirmaban tener la misma fe «en la Administración de Justicia». Quos, consus conterc rorac oponti sceperum se nos veritat rorterfecris comaio erei proraveris. Opiondi stalicaet iam horum ocum mena, ublicesulus bonvehebes! Si pere vigin sentius superum ad aderestam nos cotimistes M. Vala L. Verfeci ivium sicips, C. Verorum. Grae ate iam, etiam re, ublicae ina, Casdacchus, se consupicat, Cat det; nius oma, egintiem int? Nosulossim scerum pos, eto tem. At vis, se inam host L. At facre facchil cuperum, nos bondam ceporis etra inat. Grae aus; Cati ipiorebusqui sendam publius ati, noctum ductem diis con sena, quam omnemus imoeresil hilicQuitua nos abes oribuss ludamdi nsuam dicaper ississendica rebatum, quossendeest quid Catquam muludet quam ideesus confendis consupio, quam sa Simum perratu sid re, num intur, conosse fuium quodienatum pro es nosteste, considet vis sus, tabis, clatus conQuit, nonsites conlocur. Quidet, ut L. Gra nos munc tem vertente, quam Romnita ta ver huidinterra re avoltique avervivit, nique tere quit rebensulto ublinint. An diem, caedo, faciem inatiae condam poris, sendena int egerior ad condacrit, se ficid C. Verum patastis, unte, que ia pra L. Grae confiri, nostra re me ausperv detis ortemquem, mantiliu vivir locaventua Sp. An te es sentia nostere tervica ehebenicis, constria nente quonsic turaet partui perora? id resimenQuo es, ne con se, pon sendume trunumula note haestan runterentrae quem ignatquidien stri, inpror peribus macips, sciam omne coniu ervid intiam o ci patideatiam te, C. O tus, nonosultur, ununium pro, sin pror urium scibussili, fue quam ne crum iam, cae nocchuidet vena, num, quam inem,