Asia
Musharraf levanta el estado de excepción en Pakistán
El presidente paquistaní, Pervez Musharraf, levantó hoy el estado de excepción y restableció la constitución tras seis semanas con los derechos y libertades de los paquistaníes reducidos. La decisión será bienvenida por los países occidentales a medida que se aproximan las elecciones parlamentarias del próximo 8 de enero, pero la oposición la saludó de forma cauta.
El mandatario declaró el estado de excepción el 3 de noviembre, arrestando a cientos de personas y sustituyendo a los jueces del Tribunal Supremo. Mientras, un atacante suicida en bicicleta mató a cinco personas en la entrada de una base militar en Nowshehra, 120 kilómetros al noroeste de la capital Islamabad. Musharraf tomó la decisión de levantar el estado de excepción un día antes de lo esperado, pero las restricciones a la prensa continuarán.
Su primera medida posterior fue tomar juramento a los nuevos miembros del Tribunal Supremo, incluyendo al nuevo jefe de Justicia, Abdul Hameed Dogar. El anterior jefe, Iftikhar Chaudhry, continúa bajo arresto domiciliario.
Bajo Chaudhry, los principales jueces paquistaníes parecían a punto de declarar ilegal la reelección de Musharraf como presidente al no haber renunciado a la jefatura del ejército. Pero Musharraf finalmente renunció a esta jefatura tras días de alta convulsión social y política debido al aumento de las presiones para que abandonara las fuerzas armadas. Posteriormente fue confirmado como presidente por un nuevo periodo por el Tribunal Supremo remodelado. Esto ha provocado que la posición de Musharraf sea ahora mucho más segura que antes.
Su decisión de declarar el estado de excepción provocó una condena internacional y el 22 de noviembre Pakistán fue suspendido de la Mancomunidad Británica de Naciones tras una reunión de cancilleres de los 53 países miembros. El comité de ministros de Relaciones Exteriores aseveró que Pakistán permanecería excluido hasta que fuera restaurada la democracia y el estado de derecho.
La decisión de imponer un estado de excepción se basó, según el mandatario, en la indisciplina del poder judicial y la creciente amenaza de grupos radicales islámicos.
Botón nuclear
Por otra parte, Musharraf asumió también hoy el control de las armas nucleares de su país, algo que hasta ahora era responsabilidad del primer ministro. Con ese fin, Musharraf firmó un decreto que tendrá que ser ratificado por el parlamento en los próximos seis meses. Según la ordenanza, en lo adelante el presidente se hará cargo de la Autoridad de Comando Nacional (NCA, por sus siglas en inglés), el organismo responsable por el arsenal nuclear.
Musharraf estableció el NCA en 2000, dos años después de que Pakistán se convirtiera en la única potencia nuclear declarada del mundo islámico, en medio de grandes tensiones con India, que también posee armas de este tipo. La nueva medida se toma en momentos en que aumentan los temores de que armamentos nucleares paquistaníes puedan caer en manos de extremistas islámicos.
Cuatro años después de las primeras pruebas, el principal científico nuclear del país, Abdul Qadeer Khan, fue acusado de encabezar un mercado negro internacional de tecnología nuclear. El 8 de enero tendrán lugar las elecciones generales y muchos analistas predicen que, si no son manipuladas, es muy posible que surja un gobierno hostil a Musharraf.
Un portavoz del ejército, el mayor general Waheed Arshad, dijo que hay consenso entre los partidos políticos paquistaníes de que las armas nucleares deben ser controladas por el NCA. Según indicó, es importante que este organismo tenga una sólida base jurídica antes de las elecciones.
«Estamos atravesando un período de transición y el país regresa a una democracia plena. Por eso, se está implementando todo lo que había quedado pendiente», expresó. El mes pasado, Pakistán confirmó que Estados Unidos le está ayudando a reforzar la seguridad de sus armas nucleares.
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