España
Nadar en agua natural con plantas y libre de cloro
AraGrup diseña desde hace tres años piscinas «naturalizadas» sin químicos, gracias a una bomba que hace recircular el agua.
El agua, entre otras cosas, es un elemento asociado al disfrute, al juego, a la salud. Y la sensación de bienestar y de libertad al nadar en un entorno natural, un río, un lago, el mar... probablemente sea una de las más relajantes que se puedan experimentar. Por eso, una piscina naturalizada, cuentan quienes las conocen, puede proporcionar las mismas sensaciones.Una piscina naturalizada es un espacio de baño en el que la depuración del agua la realizan plantas acuáticas, no una depuradora química, y a la que no se añade ningún producto, ni sal ni cloro, para que esté limpia. Por eso, como cuenta Ignacio Puyol, socio de AraGrup, empresa especializada en estas piscinas, «el baño en una piscina naturalizada es sólo comparable al baño en lagos o arroyos naturales. El agua está limpia porque utiliza el mismo sistema de depuración que la naturaleza. Es un agua viva». Se compone de una zona de nado, y de juego de menor profundidad si se desea, y una zona de filtración biológica mediante plantas acuáticas. El sistema reproduce el mismo método de limpieza que la naturaleza: «El agua recircula entre un lecho de gravas, donde, de forma natural, surgen microorganismos que se alimentan de la materia que hay en ella y la transforman en comida para las plantas. A medida que esas plantas van absorbiendo esa "comida", el agua se mantiene limpia y cristalina», detalla Puyol.El único equipo complementario necesario es «una bomba que hace recircular el agua. No requiere nada más. Se hacen los cálculos y dependiendo del tamaño de la piscina, así se dimensiona el resto. La proporción suele ser un 80 por ciento para zona de nado y un 20 para depuración».
Selección de especies
Según la zona y el proyecto «se seleccionan unas u otras plantas, con más flor o más apariencia de campo. Esto le aporta más vida, más parecido a un jardín que a un rectángulo de agua muerta. Una piscina viva tiene unas plantas que van floreciendo, cambiando de color según la estación, evoluciona, en definitiva», dice Puyol.Por eso, no hay límite de tamaño. «Se pueden hacer proyectos grandes, de tres o cuatro mil metros cuadrados de lámina de agua. Que pueden ser para uso privado en una vivienda o para una urbanización. La depuración natural del agua es independiente del número de personas que se bañen en ella». Incluso se puede «adaptar una piscina química, que hoy funcione con depuradora y cloro o sal, en una naturalizada».Es cierto que, aunque AraGrup lleva ya en activo en España desde 2003, estas piscinas no están muy extendidas aún «pero, en países como Alemania, entre el 5 y el 10 por ciento de las piscinas nuevas son así. Incluso públicas, porque ha habido un cambio en la legislación sanitaria que lo permite», asegura.Para Puyol, el elemento diferenciador de estas piscinas es la «ausencia de productos químicos en el agua de baño y la aportación paisajística. No el precio, aunque no son más caras; ni el menor consumo energético, que se reduce a la pequeña bomba; ni el mantenimiento, aunque tienen unas necesidades reducidas».
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