Valencia

No hubo ninguna conspiración para volar la Audiencia

La Razón
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Madrid- Su detención en octubre de 2005 en el marco de la «operación Nova» fue sonada. Se les acusaba de integrar una célula «yihadista» que planeaba volar la Audiencia Nacional empotrando un camión cargado con 500 kilos de explosivos. Ayer, la propia Audiencia Nacional que, según la Fiscalía, pretendían hacer saltar por los aires, condenó a 20 de los 30 procesados a un total de 173 años de los 455 que solicitaba el Ministerio Público. Pero el tribunal, presidido por Alfonso Guevara, deja muy claro que sólo el líder de la red islamista, «Mohamed Achraf», tenía en mente llevar a cabo el atentado y que no hay pruebas de que se hubiera puesto de acuerdo con los demás condenados para ejecutar la acción criminal. No hubo, pues, conspiración alguna entre los miembros de la red, cuyos tentáculos se encargó de extender el propio Achraf entre 2000 y 2002 desde la cárcel de Topas (Salamanca) a otros reclusos de Málaga, Valencia y Almería, con quienes se comunicaba por carta.

El fallo considera probado que Mohamed Achraf, que se erigió en el «líder-emir» del grupo –adoctrinando a sus miembros en la ideología salafista yihadista–, sí había concebido la idea de atentar contra la Audiencia Nacional «como lugar emblemático de la lucha contra el terrorismo», empotrando contra el edificio un vehículo cargado de explosivos, dada su «obsesión» respecto a determinados magistrados. Además, hizo partícipe de su plan en el verano de 2004 a otro de los condenados, Kamara Birahima, lugarteniente de la banda en Almería. Éste debía ser el encargado de conseguir los explosivos.

Pero todo esto, según los magistrados, no es suficiente para hablar de conspiración (que requiere de un «concierto de voluntades»), sino de un mero «plan individual sin desarrollar» que se limitó a unas «simples pesquisas», ni siquiera suficientemente acreditadas. Todo ello, añade la Sala, es suficiente para imponer una condena por integración en grupo terrorista, pero no por conspiración, lo que reduce notablemente las penas (que oscilan entre los cinco y los 14 años de prisión de «Mohamed Achraf» por integración o colaboración con organización terrorista). No obstante, los magistrados admiten que la célula suponía «un serio peligro».