Noche-buena

o sé cómo será la del día 24, la de siempre, pero la de ayer fue una noche buena como no conocíamos los atléticos desde hace mucho. La verdad es que la semana pasada fue, sencillamente, redonda. Buen resultado en la UEFA ante un rival bastante correoso y, lo mejor de todo, haber dormido en puestos de «Champions», a tan sólo un punto de Villarreal y Barça y a cinco del Real Madrid.

Este equipo es para soñar porque juega al fútbol. Ayer, con un Betis desesperado, marrullero y menos «Rayo Verde que nunca», querido Herrera, el Atleti supo estar en su sitio en el campo en cada fase del encuentro. A este equipo no le quema ya el balón en los pies. Sabe tenerlo y retenerlo y ha olvidado, a Dios gracias, aquellos pelotazos de patio de colegio con los que nos torturó varias temporadas. Hay plantilla para estar vivos en tres competiciones, y ahí va a estar la prueba del algodón para Aguirre. Saber mover esa plantilla en cada encuentro, en cada compromiso, es tarea de sabios. Quiero creer que Aguirre, a quien le he dado estopa para aburrir, lo es. Me alegraré mucho por él, pero sobre todo por los hinchas, que nos merecemos ya una alegría de las grandes. «Vasco» no nos falles.