Belleza
Operación bikini: llega la lipo-láser
Con la llegada de la exhibición corporal aparece la urgencia por decir adiós a la grasa. La liposucción es de las intervenciones estéticas más demandadas, aunque, eso sí, resulta algo agresiva. El hecho de «despejar» la zona con una cánula de sospechoso parecido a un mini-aspirador, de entrada, da miedo. Y, aunque sigue en pleno apogeo, una versión más amable comienza a dar que hablar: la lipo asistida por láser. Cuándo utilizar una u otra y cuál es más eficaz y segura son algunas de las dudas que se plantean. Como aclaran desde la Clínica Planas de Barcelona, existen diversos procedimientos para eliminar el exceso de grasa, llamado lipodistrofia y que poco tiene que ver con la celulitis (trastorno de la grasa superficial que no depende de la cantidad acumulada), desde cosméticos hasta infiltraciones.
En el mejor de los casos, según sus expertos, vacían de células grasas la zona afectada, pero no las eliminan totalmente, por lo que pueden volver a aparecer. Frente a ellas, la liposucción permite suprimir los depósitos de determinadas partes (sobre todo, en caderas) que se resisten a desaparecer con la práctica de ejercicio y el seguimiento de una dieta equilibrada. Porque las mujeres delgadas, en esto, no se libran: la culpa la tienen los genes y las hormonas, y poco entienden ellos de básculas. Desde que apareciera en los años setenta, la técnica convencional ha evolucionado mucho.
Actualmente, la liposucción se puede realizar en cuello, mejillas, mentón, papada, abdomen, caderas, tobillos, brazos, espalda... mediante anestesia local o general, dependiendo del caso, y con molestias que se parecen a la fricción continuada. Sin embargo, cuando la grasa está localizada en zonas flácidas y de piel fina, como muslos, papada o brazos, la alternativa puede ser la liposucción con láser.
En 2006, la FDA (Administración Americana de Alimentos y Medicamentos) aprobó la Smart Lipo MPX, que logra de forma menos agresiva tres efectos, según su precursor en España, el doctor Xavier Santos Heredero, jefe de Cirugía Plástica del Hospital Montepríncipe de Madrid (2.500 euros): «Utilizando dos tipos de onda se rompen las células grasas, transformándose en una especie de puré fácilmente extraíble; luego el calor generado por el láser coagula pequeños vasos sanguíneos, por lo que hay menos hematomas, y por último estimula el colágeno, lo que disminuye el descolgamiento».
También en el Instituto Médico Láser realizan Láser Lipólisis contra la grasa flácida y de pequeño volumen (1.200 euros). Otro «boom» reciente que reduce el contorno y colapsa consultas son los ultrasonidos. La era de los ultrasonidos «Los Ultrasonidos Focalizados de Alta Energía producen un efecto termo-mecánico para destruir el tejido adiposo subcutáneo sin dañar la epidermis, la dermis o los tejidos adyacentes. Una vez destruido se elimina de manera fisiológica y gradual. El efecto se empieza a ver a las 8-12 semanas, el tiempo que tarda el organismo en metabolizar y eliminar la grasa», explica el dermatólogo Miguel Sánchez Viera, director de Centroderm en Madrid (alrededor de 1.000 euros por sesión, necesarias de 1 a 3 en el abdomen).
Ultrasonidos también, pero éstos de baja intensidad y combinados con radiofrecuencia para reafirmar (uno de los objetivos después de la lipo), y ultracavitación (que rompe los triglicéridos y los arrastra al torrente sanguíneo) conforman la técnica Ultraslym, que lleva a cabo Antianging Group Barcelona (1.850 euros). Cuando el problema es el clásico michelín en el vientre, la solución puede estar en una cirugía ambulatoria y sin cicatrices, del tipo «técnica super húmeda de liposucción» realizada por el doctor Chamosa, pues se infiltra el doble de suero habitual para aumentar el volumen de la grasa y extraerla mejor (3.000 euros).
El mismo experto realiza una liposucción de rodilla y tobillo para estilizar piernas de forma «facetada», es decir, por partes, para un conjunto más armónico. Es una de las técnicas más demandadas entre las modelos (4.000-4.500 euros). Para hombres Ellas se atreven más, pero también el sector masculino comienza a animarse a la hora de reducir el antiestético rollito de la cintura o unas mamas con demasiada grasa (alrededor de 4.000 euros). Las cicatrices no se ven y la baja es de dos días, motivos más que suficientes para lanzarse. Con láser, ultrasonidos o cánula convencional, lo cierto es que recientes estudios de la AAD (Academia Americana de Dermatología) ponen de manifiesto que lo único realmente efectivo es la lipo convencional. O sea, volver a lo de siempre y confiar en lo penúltimo.
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