Palabrería fina

Lo peor es la cara de idiota que se le pone a uno cuando escucha decir al presidente, imperturbable, que él nunca prometió el pleno empleo, que la crisis no era previsible y que está en disposición de asegurar que Israel no usa las armas que le vende España en los combates contra los terroristas de Hamas en Palestina. Zapatero podía haber dicho que se equivocó vendiéndolas, o que era remoto o poco probable que tal armamento hubiera sido utilizado en las recientes acciones en la franja de Gaza. Pero prefirió ir por las bravas y afirmar con rotundidad que el Ejército judío no utiliza armas españolas. O sea, que compra nuestras pistolas para lucirlas o tenerlas sin más, pero nunca para emplearlas en acciones de guerra, y menos aún contra la población civil.
Quiero decir que, al final, la conclusión que saca uno es que ZP nos toma el pelo. Con mucho gesto y palabrería fina y tralará. Llamándole al personal de tú y por su nombre de pila, algo que queda fenomenal. Pero tomándote el pelo al fin y al cabo. Es lo que ocurrió el lunes cuando negó que hubiera prometido el pleno empleo, que hubiera mentido sobre la crisis, y cuando dijo, sin inmutarse, que es imposible que los fusiles que nos paga Israel sean empleados en acciones bélicas. Son para jugar a los vaqueros. Si lo sabremos nosotros.