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Para empezar veneno blanco

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MADRID- Antes de la batalla en el césped hubo «buen rollo» entre los presidentes del Real Madrid y el Barcelona. «Ojalá nos pudiéramos vestir de corto», aseguró Bo- luda, y Laporta, que de vez en cuando sí se anima a disputar alguna «pachanga», le miró moviendo la cabeza afirmativamente. El máximo mandatario blanco tiene fecha de caducidad, por lo que vivió este momento por primera y última vez y quiso disfrutarlo. La relación entre ambos clubes es cordial desde hace varios años. Incluso Laporta invitó a Ramón Calderón al palco de «su» estadio, según desveló el propio ex presidente, que decidió desestimar la proposición. «Pese a que seamos rivales en el terreno de juego, no tenemos que serlo en la vida ordinaria», afirmó el presidente anfitrión antes del partido. La cordialidad no terminó después del choque. «Vicente Boluda ha aceptado la derrota con total deportividad. Quiero felicitar al Real Madrid por su señorío, por su deportividad, por el civismo que han demostrado en un partido duro», aseguró el azulgrana, que no podía ocultar la cara de inmensa satisfacción.Laporta y Boluda posaron y se dieron la mano en su comparecencia conjunta. Después de hacer públicas las impresiones que tenían antes del duelo, Vicente Boluda hizo un regalo a su «colega». Le dio el cartel de un clásico disputado en la temporada 1951/52. Laporta lo cogió con una sonrisa, aunque seguro que no le hizo tanta gracia lo que había por la parte de atrás. Estaban las alineaciones y el resultado: 5-1 ganó el Madrid, aunque la Liga se la llevó el Barça. «Vaya, hombre», afirmó Laporta. El año pasado recibió un reloj valorado en 15.000 euros. Los miembros de ambas directivas se fueron a comer a un restaurante en los alrededores del estadio. Primero llegaron las mujeres, entre las que faltaba Costanza Echeverría, la esposa de Laporta, que sufre un proceso gripal. El tema principal de conversación también fue el fútbol.Con el partido finalizado, Laporta se movía entre la prudencia y el entusiasmo: «Acariciamos la Liga y es una sensación muy agradable, pero hay que ser respetuosos, no ha acabado», dijo. Boluda calló. Mijatovic optó por la lógica: «Debe ocurrir un milagro para que nos enganchemos a la Liga después de lo visto hoy», opinó el director deportivo.