Roma
Plenaria ante la ofensiva del Gobierno
En junio hay elecciones europeas, y la Iglesia sabe que su defensa de la vida y la familia serán causa de ataques.
MADRID- Los obispos españoles se reúnen toda esta semana en la sede de la Conferencia Episcopal. Saben que se avecinan tiempos duros para la Iglesia. En junio hay elecciones al Parlamento Europeo, y es de esperar que las fuerzas de izquierda recuperen los discursos anticlericales como forma barata de conseguir votos de cierto electorado con tendencias cristianófobas, de gente molesta con la crisis económica que preferiría quedarse en casa, pero que disfruta votando «contra los curas». A estos partidos les interesa que su votante menos fiel no piense en la falta de oportunidades económicas y que busque alguien a quien culpar de todo, pero que no sea el Gobierno. Por eso en los próximos meses se hablará de aborto y también de la anunciada ley de «libertad religiosa», como si en España hubiera habido falta de libertad religiosa hasta ahora y el presidente José Luis Rodríguez Zapatero tuviera que remediarlo con una ley. El ex ministro de Sanidad, Bernat Soria, dejó el cargo prometiendo preservativos para África después de llenar el país de anuncios de condones («con koko gozo mogollón»). La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, pedía ayer a la Iglesia que hable sólo de «pecados» y no de «delitos». El nuevo director del Instituto de Cinematografía del Ministerio de Cultura es Ignasi Guardans, político de CiU, de quien dice el ex conseller convergente Josep Miró i Ardèvol: «Tiene fobia anticatólica». Como si el cine español necesitase más impulso en esa dirección. En Santander, se niega el concierto económico al colegio católico Torrevelo porque no junta niños y niñas en sus clases. Más allá de los casos anecdóticos y de la coyuntura política pre-electoral, se trata del choque entre dos concepciones culturales, que se libra en, al menos, siete campos: el matrimonio, la familia, los derechos de los padres a educar a sus hijos, la formación sexual, los gestos de ofensiva laicista (retirada de crucifijos, de belenes, cambiar nombres cristianos a colegios o calles), el aborto y, como novedad, la tensión que la crisis ejerce sobre Cáritas y las asociaciones católicas: las asistentas sociales les remiten el doble o triple de casos, pero no reciben más ayudas de la Administración. Éste es el panorama que los obispos, reunidos esta semana en su Asamblea Plenaria, ven desplegarse ante sus ojos para los próximos meses en España.
Sustitutos para Cañizares y García-GascoDos cargos necesitan un reemplazo: el cardenal Cañizares deja su silla en el Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal, debido a su marcha a Roma para presidir la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Y el cardenal García-Gasco, ahora emérito, ya no puede presidir Doctrina de la Fe. Puede que haya algún otro obispo que reciba nuevas responsabilidades, como es el caso de Juan Antonio Reig, aprovechando su cercanía a Madrid, ya que el sábado recibe la mitra de Alcalá de Henares. Y en la plenaria hay estos días dos obispos «novatos»: Sebastián Taltavull, auxiliar de Barcelona, y José Mazuelos, obispo electo de Jerez de la Frontera (Cádiz).
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