I+D
Sanz censura la «mala uva» de Zapatero
El presidente riojano esperaba que el Ejecutivo impulsara medidas de protección para el vino de la región.
Logroño- Pedro Sanz, acusó ayer a Zapatero y a la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, de haber «introducido un virus en la Denominación de Origen Rioja» con el apoyo a la reforma de la OCM del vino. Sin embargo, afirmó que al Rioja le queda «el trabajo y el esfuerzo con el sector para conseguir fortalecer y mantener nuestro modelo, para conseguir eliminar ese virus». Algo que afirmó «se mata con la capacidad de decisión, con la voluntad política, con la convicción en la creencia de lo que uno tiene que hacer, con ser valiente».
Para el presidente riojano, hay una situación de crisis en el sector, con una pérdida de cuota en Europa respecto a los nuevos países productores, dificultades en la exportación y grandes excedentes provocados por las grandes producciones. Salvo excepciones, como el Rioja, no existe equilibrio entre oferta y demanda.
Sanz señaló que «esta situación requería una modificación de la actual OCM, pero la reforma aprobada no va a solucionar los problemas del sector vitivinícola porque la mayor parte de los fondos se destinarán a subsidiar la ineficiencia» como la destilación para uso de boca; los pagos por explotación cuando se acaben las destilaciones; los arranques primados para incentivar el abandono de la actividad, y las ayudas al mosto.
«Estas medidas –añadió– van justo en contra de lo que se planteaba desde la Comisión y lo que nos quiere "vender"el Ministerio cuando dice que es una OCM que va a mejorar la competitividad».
Error de diagnóstico
Para el presidente riojano, «se ha producido un grave error en el diagnóstico de la Comisión y también del Ministerio de Agricultura español. Evidentemente, el sector europeo ha de ser más competitivo, pero eso no debe necesariamente implicar la renuncia a nuestro modelo europeo de vitivinicultura de calidad».
Según Sanz, el «Rioja es un modelo de éxito por el inmenso trabajo realizado por el sector durante muchos años, que ha trabajado y planificado en dos líneas fundamentales: la autorregulación, el control estricto y la mejora continúa de la calidad gracias a una planificación seria y rigurosa a todos los niveles», como ha sido –por una parte– la producción (profesionalización de los agricultores, mejor cuidado de la viña, búsqueda de la calidad en la materia prima, perfeccionamiento de los sistemas de producción); la elaboración-comercialización (mejoras tecnológicas en el procesado, adaptación a las nuevas tecnologías sin olvidar la base se nuestra tradición vitivinícola y adaptación a los mercados) y la organización y funcionamiento (OIPVR-Consejo).
Y, por otra, una perfecta sintonía con las administraciones regionales, de las que ha recibido apoyo en materias fundamentales como la I+D+i, la promoción y la formación en el sector.
Por todo esto, para el presidente riojano «con esta reforma se consuma el disparate de olvidar precisamente aquello que más nos diferencia de las nuevas zonas productoras, renunciando a nuestra tradición vitivinícola que nos da la singularidad que otros no tienen».
En el caso de España, y gracias a la postura del MAPA, con esta OCM las zonas que más y mejor han trabajado y que están teniendo éxito podrían ser las más perjudicadas con la aplicación de la norma.
Para Sanz no ha habido errores: «el MAPA no ha fracasado en las negociaciones, ha conseguido lo que quería, poder derivar fondos ingentes a las zonas más ineficientes y atacar al modelo que, en su opinión, está caduco, el de las Denominaciones de Origen».
Rechazo del Consejo
Por su parte, el Pleno del Consejo Regulador de la denominación Calificada Rioja, reunido con carácter extraordinario, ha rechazado la reforma, «porque no se recogen las reivindicaciones de Rioja», especialmente en lo referido a la liberalización de plantaciones, al etiquetado y a la promoción en el mercado interior.
El pleno ha denunciado «la falta de sensibilidad de la UE y de compromiso en la delegación española para defender las posiciones de Rioja, en especial, en materia de plantaciones de viñedo» y ha expresado su malestar porque «no se ha atendido la reivindicación de la postura de Rioja, que abogaba por preservar las caracterizaciones actuales de productos, su especificidad y sus normas de etiquetado».
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