Sarah Palin deja el poder sin que nadie la llore

Washington- Sarah Palin, la primera mujer gobernadora de Alaska y candidata republicana a la Vicepresidencia en las pasadas elecciones, abandonó ayer su puesto antes de la conclusión de su mandato, y encara, con pérdida de popularidad, un frío horizonte político. Palin transfirió el puesto al vicegobernador Sean Parnell y, según ella misma dijo, se lanza a la búsqueda de políticos que compartan sus ideas para un futuro mejor en el país.Sin embargo, la gobernadora abandona la mansión gubernamental en Juneau con muy poco cariño de sus correligionarios republicanos de Alaska.«La incógnita no era si tiraría Alaska por la borda, sino cuándo lo haría», opinó Jay Ramras, representante republicano en la Asamblea local, sobre la dimisión de Palin. «Violó toda decencia común, todo protocolo, y fue una muestra de falta de respeto».Enemistada con el LegislativoPor su parte, Larry Persily, ayudante del representante estatal republicano Mike Hawker, comentó que Palin «se las arregló para enemistarse con la mayoría de los 60 miembros de la Cámara de Representantes y el Senado».Hace menos de un año, Palin emergió como la figura impetuosa que inyectó vigor en la tambaleante campaña presidencial de John McCain. Hace apenas seis meses, Palin, de 45 años, se perfilaba como caudillo del sector más conservador del Partido Republicano. Pero una encuesta de la cadena ABC y el diario «The Washington Post», divulgada esta semana, mostró que los estadounidenses están ahora menos entusiasmados con Palin, y dudan de su capacidad como dirigente tanto como de su capacidad para comprender problemas complejos. Lo penoso de esta encuesta es que el 40% de los encuestados que se identificaron como republicanos opinan lo mismo.El hecho de que Palin haya dimitido de su cargo cuando todavía faltan 18 meses para que se complete su primer mandato al frente de Alaska deterioró aún más su imagen.Entre las razones que Palin mencionó cuando anunció su renuncia se cuentan los 500.000 dólares acumulados en facturas de abogados que la han representado y defendido en las numerosas querellas que han plagado su gestión gubernamental.En su breve paso por la política nacional, Palin fue ridiculizada por comediantes, criticada ferozmente por grupos y militantes ambientalistas liberales, y vio su vida familiar convertida en una comidilla pública, incluido el embarazo de su hija Bristol, adolescente y soltera.Pero también fue elevada a la categoría de heroína por los segmentos más religiosos y conservadores del espectro político estadounidense. Durante los debates de la campaña, Palin describió al candidato demócrata como un individuo asociado con terroristas, y advirtió a los estadounidenses de la implantación de un régimen socialista si llegaba Barack Obama a la Casa Blanca.La derrota que sufrió en las elecciones de noviembre el Partido Republicano lo dejó fragmentado, con una dirección agostada y desconcertada, y en ese vacío el populismo derechista de Palin dio aliento a quienes la veían como futura candidata en 2012.Ahora, dimisionaria en un país que no tiene mucho aprecio por quienes abandonan la brega a mitad de camino, Palin podría seguir una lucrativa carrera en los medios de comunicación o podría construir desde el llano político un movimiento que la devuelva al escenario nacional. Pero de momento, está por ver qué le deparará el futuro. Efe

«Irán nunca obtendrá armas nucleares»La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, aseguró que Irán nunca alcanzará su meta de obtener armamento nuclear y que Estados Unidos no permitirá que eso ocurra. El supuesto intento iraní de adquirir ese armamento «es fútil», dijo durante una entrevista en el programa «Meet the Press» de la cadena NBC de televisión. «A quien quiera que [en el Gobierno de Irán] toma estas decisiones, queremos que les llegue el mensaje: si tratan de conseguir armas nucleares para intimidar y proyectar su poder, no se lo permitiremos», advirtió. Asimismo, afirmó que «corresponde al pueblo de Irán la determinación de si su Gobierno es legítimo», y añadió que EE UU ha negociado «con muchos países que creemos que no representan la voluntad de su pueblo».