Estreno
Sin emoción
Dirección: Lisandro Alonso. Intérpretes: Juan Fernández, Giselle Irrazabal, Nieves Cabrera. Duración: 84 minutos. Argentina-Francia-Alemania-España, 2008. Drama. Al principio fue un lugar, luego el hombre. Un carguero gigantesco, el puerto de Ushuaia, un bar, un autobús desangelado, el hostil paisaje de la Tierra del Fuego. Y el hombre que busca, que vuelve a sus orígenes, casi como un centauro del desierto que agoniza en un «western» más opaco que crepuscular. La cámara contempla sus silencios entre alcohol y nieve cristalizada. Y llega el hogar, el refugio, o lo que queda de él. El argentino Lisandro Alonso remata la jugada que inició con «Fantasma», «La libertad» y «Los muertos» escondiendo, detrás de una narración minimalista, el material narrativo de una «novela-río»: un abandono cuyas razones no conocemos, una madre ahora moribunda, una hija que no quiere saber nada de su padre. Todo lo que queda fuera de campo se complementa con una desaparición repentina y un desplazamiento del punto de vista, y luego la nada. Como esa ciudad del título que nunca vemos, arcadia desconocida o limbo sobre cuyas paredes gaseosas podemos proyectar la historia que imaginamos, porque la película solamente es un punto de partida. Lo que ocurre con «Liverpool» es que sólo puedo disfrutarla desde la razón, no desde la emoción: es más desangelada que austera, es más fría que distante.
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