Sin Guardiola no hay paraíso

BARCELONA- El pasado 30 de mayo, el Barcelona cerraba la mejor temporada de su historia con un empate en Riazor. Los azulgrana habían logrado la primera triple corona del fútbol español con el mismo bloque de jugadores que la temporada anterior había despertado tantas críticas. El único cambio notable se había producido en el banquillo. Así que buena parte del éxito es atribuible a Pep Guardiola, el hombre que obró el milagro. El técnico dedicó los diez días posteriores a la conclusión de la temporada a planificar la plantilla junto a Txiki Begiristain. Exigió la marcha de Samuel Etoo y la contratación de un goleador que supliera al camerunés, pidió un esfuerzo para fichar a Ribéry, el hombre que considera clave para que el Barça pueda seguir con la misma línea ganadora de este último año, y reforzar la defensa. También dio órdenes para mantener el mismo bloque de jugadores, lo que implicaba la renovación de varias piezas importantes del equipo. Guardiola se fue entonces de vacaciones. Dejaba al Barcelona en la cima del mundo. Lo había ganado todo y los elogios llegaban desde todos los rincones del planeta. Confiaba en que la secretaría técnica hiciera su trabajo para afrontar el inicio de la pretemporada con la plantilla ya configurada. Un mes más tarde, el panorama es radicalmente distinto al de entonces. El Barça ha desaparecido de las portadas de los periódicos y la plantilla es la misma que dejó el de Santpedor. La misma sin Sylvinho, al que no se le ha renovado el contrato. El «caso Etoo» Uno de los temas que más preocupaba al técnico era el futuro de Samuel Etoo. En su primer año como inquilino del banquillo barcelonista ya pidió la marcha del camerunés sin éxito. El rendimiento del goleador, intachable, no ha servido para que cambiara su opinión. Pero, a una semana de volver al trabajo, Etoo está más cerca de quedarse que de irse. De hecho, su caso vive uno de los momentos más críticos desde que comenzó. El club está molesto con el jugador por su actitud pasota ante la millonaria oferta del Manchester City y estudia alternativas para intentar que el próximo lunes ya no sea jugador del Barça. Tampoco ha habido éxito en el fichaje de Ribéry, ni, en la búsqueda de un goleador. Ésta puede ser una semana clave en la contratación de Villa, pero de momento no ha fructificado nada. Y es que da la sensación de que hasta que Guardiola no regrese e imponga su método, no se desatascará ninguno de estos asuntos. A la sensación de dependencia de Guardiola en el Barcelona también ha colaborado Joan Laporta. En un año más que difícil tras la moción de censura a la que tuvo que hacer frente, su apuesta por el técnico de Santpedor le ha mantenido a flote y comedido. Pero sin él, el presidente azulgrana ha vuelto a mostrar tics del pasado, atacando al Real Madrid, haciendo proclamas independentistas y dando mucho que hablar. Todo ello ha contribuido a que el Barça desaparezca del primer plano mundial. Y es que sin Guardiola no hay paraíso.