París

Sirvent llevaba quince documentos de identidad para su uso personal

Sirvent llevaba quince documentos de identidad para su uso personal
Sirvent llevaba quince documentos de identidad para su uso personallarazon

madrid-Ekaitz Sirvent, jefe del «aparato de falsificación» de ETA, detenido el viernes en París por la Policía Judicial, tenía quince documentos con identidades falsas para su uso personal, según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas. Asimismo, llevaba un ordenador, dos discos duros extraíbles, doce dispositivos de memoria «pen drive» y veinte CDs. La operación que culminó con su captura, realizada gracias a una investigación de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional española, es una de las más importantes de los últimos tiempos. Si la Justicia francesa agiliza los trámites para que se pueda acceder al contenido de estos dispositivos, puede tener unos efectos devastadores para ETA. Se sospecha que en los archivos están los rostros y las identidades de los pistoleros en activo y de los cabecillas actuales de la banda. El detenido se encargaba de elaborar todos los documentos para estos individuos, el de identidad, el de conducir, tarjetas profesionales de la Policía o Guardia Civil, acreditaciones de Prensa, etcétera. La personalidad de Sirvent, un auténtico «lobo solitario», que mantenía escasas citas con otros miembros de la banda y que era un «maestro» en la aplicación de las medidas de seguridad, ha hecho pensar a los expertos que tenía un puesto de gran responsabilidad dentro del organigrama etarra, probablemente en el «comité ejecutivo». «Tiró» de pistola El hecho de que intentara «tirar de pistola» en el momento de su detención, en una estación de ferrocarril, la de Montparnasse, llena de viajeros, demuestra, según las citadas fuentes, una autonomía de decisión que sólo tienen los máximos cabecillas de la banda terrorista. Después de algunos encontronazos con la Gendarmería, los pistoleros de ETA tienen prohibido hacer uso de sus armas en Francia contra agentes galos aunque, como ocurrió en el atentado de Capbreton, sí pueden disparar contra los de nacionalidad española si logran detectarles. El etarra detenido llevaba encima prácticamente todo el «aparato de falsificación» de ETA -sólo le faltaba la impresora y algunos materiales cuya adquisición no está sometida a control- y, según todos los indicios, había decidido residir en la región de París, o en una zona cercana, para evitar la presión policial que hay en el País Vasco francés. De hecho, según el Ministerio del Interior, el etarra vivió en varias localidades de Francia (en uno de los pisos se dejó la impresora) y solía viajar a París para adquirir parte del material que utilizaba.