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Soriano estuvo menos de un año en cargo y no resolvió la crisis de la sociedad

La Razón
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Vicente Soriano dimitió hoy como presidente del Valencia CF cuando todavía no había cumplido un año en el cargo y abandonó una entidad cuyas graves dificultades económicas no ha podido resolver en los casi once meses que ha pasado al frente de la entidad.
Una alocución de menos de siete minutos, interrumpida tan sólo por las lágrimas que le brotaron en el momento en el que agradeció el apoyo recibido por su esposa y el resto de su familia, pusieron en la tarde del jueves punto final a su etapa como máximo responsable del club de Mestalla.
El detonante de su dimisión ha sido el reciente fracaso en las negociaciones para la venta del solar del actual campo de Mestalla en las que Soriano ha trabajado hasta el día de hoy durante casi un año, aunque sin que sus promesas y gestiones hayan concluido con éxito.
El empresario, nacido en Puzol (Valencia), ha presidido el club durante una temporada deportiva completa, ya que llegó a dirigir la entidad al principio de la campaña 2008-2009, tras haber sido vicepresidente en una etapa anterior.
Su llegada se produjo tras unos días muy convulsos a finales de julio de 2008, en los que el empresario Juan Villalonga a punto estuvo de hacerse cargo del club, aunque finalmente Juan Soler, ex presidente del club y máximo accionista de la entidad, alcanzó un acuerdo para que fuera Soriano el que presidiera la entidad.
Soriano se encontró con un club fuertemente endeudado, con las obras actualmente paradas pero entonces en marcha para la construcción de un nuevo estadio y con la necesidad imperiosa de vender el actual campo de Mestalla, negocio que anunció estaría cerrado el 31 del pasado diciembre, pero que ni se cerró en aquel momento, ni se ha completado en la actualidad.
El mandato de Soriano ha estado dividido en dos etapas muy diferentes, ya que su poder se vio muy limitado a partir del pasado 4 de marzo, día en el que el consejo de administración del club decidió nombrar a Javier Gómez como consejero-delegado de la sociedad, lo que restó poder a su figura.
"No voy a ser un presidente florero"y "no he pensado en dimitir", fueron dos de sus afirmaciones en aquella noche del 4 de marzo, en la perdió peso en la dirección del club hasta el punto de que el pasado día 26 de mayo pidió autorización al consejo para negociar la venta de los solares que no ha conseguido cerrar, circunstancia que ha precipitado su dimisión.
Durante su etapa como presidente del Valencia insistió permanentemente en la no conveniencia de traspasar a los jugadores emblemáticos del club al considerar que esa no era la solución a los problemas de la entidad, tal y como volvió a recalcar en las palabras con las que justificó su salida de la entidad.
En la parcela deportiva, Soriano vivió un primer revés en el mes de agosto al perder el equipo la Supercopa de España ante el Real Madrid y, posteriormente, dos eliminaciones duras, una en la Copa del Rey, justo en la temporada en la que Mestalla iba a acoger la final, y otra en la Copa de la UEFA.
En la Liga tuvo la fortuna de vivir como presidente el mejor comienzo del Valencia en esta competición en toda su historia, pero también vio como el equipo se desinfló poco a poco y acabó en sexta posición sin el premio de disputar la próxima edición de la Liga de Campeones y obligado a conformarse con la Liga de Europa, el nuevo formato de la Copa de la UEFA.