Barcelona
Tabaco y alcohol culpables de los tumores de cabeza
Cada año se detectan en España más de 12.000 nuevos casos de cáncer de cuello y cabeza. El perfil del paciente que lo desarrolla corresponde a un hombre fumador, con hábitos de alcoholismo social, sin pareja estable y que descuida su salud bucodental
A nadie le gustaría perder una parte del rostro, para muchos la única forma de identificación personal de uno mismo. Pero, en numerosas ocasiones esto resulta complicado, puesto que el azar juega una mala pasada. Y esto, combinado con la predisposición genética y junto a unos nocivos hábitos de vida, puede llevar a desencadenar un cáncer de cuello y/o cabeza. A pesar de no considerarse especialmente agresivo, y por tanto mortal, ya que de media siete de cada diez sobreviven, deja su marca de por vida en los rostros de sus pacientes. Esto se debe a que, de momento, la única forma de extirpar el tumor requiere una cirugía que desposee a los pacientes de su nariz, boca, mandíbula y en muchas ocasiones precisa la practica de una traqueostomía –abertura de la tráquea a la superficie del cuello para laringectomizados–. «Hasta que no encontremos una combinación perfecta en el abordaje de la especialidad, será necesaria la cirugía radical. Ya que el pronóstico del tumor depende en un alto grado de la localización», como apunta Juan José Grau, oncólogo del Hospital Clínic de Barcelona. Tal como explica la oncóloga médica del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Yolanda Escobar, la prevalencia de la enfermedad en España está por encima de la media europea –donde hay 35 nuevos casos por cada 100.000 habitantes, frente a los 50 por cada 100.000 que se diagnostican en nuestro país–, y la aparición de estos tumores se asocia al consumo de tabaco y alcohol. Sin embargo, los pacientes no ponen mucho de su parte para evitar estas «malas compañías».RadiografíaEl perfil más habitual de los afectados por estos tumores suele un hombre, de entre 50 y 60 años, de un nivel socioeconómico medio o bajo, generalmente soltero o separado, y «tanto fumador como bebedor, es decir, "un hombre de bar", que se muestra más despreocupado por su salud y, por tanto, dificulta su diagnóstico», explica Escobar. Esto hace que la mayoría de ellos lleguen tarde la consulta con un tumor en fase muy avanzada (III y IV), que requiere una terapia agresiva la cual desposee al paciente de sus sentidos, por lo que la rehabilitación de los mismos a través de la reeducación alimenticia, la logopedia y la fisioterapia respiratoria son fundamentales.Perder la capacidad oler, de degustar, de oír, de hablar e incluso en ocasiones de ver, mina su autoestima y les aísla de la sociedad, por lo que prefieren desaparecer de la misma. Eso fue lo que le ocurrió a Chantal Sébire; totalmente desfigurada por un tumor incurable, pidió al gobierno francés la eutanasia, ya que llegó a decir que no se reconocía a sí misma y que tampoco su entorno podría hacerlo. «El tumor crece y crece. Y el dolor se extiende. Las agujas se me clavan en los ojos. Mis hijos sufren tanto como yo. Reclamo el derecho a morir con dignidad». Éstas son algunas de las dramáticas palabras que dirigió al presidente Sarkozy cuando solicitó su derecho a morir dignamente.Quizás por ello, poner nombre y cara a estos pacientes resulta bastante duro. Imbuidos en un ambiente de soledad y aislamiento prefieren no contar su historia, ya que han perdido su identidad –su rostro– y han tenido que aprender de nuevo a manejar sus órganos sensoriales: a degustar los alimentos, a recuperar la voz –que nunca será igual– y, ya en el fondo, a asimilar su nueva condición.
- De interés para los enfermosASOCIACIÓN ESPAÑOLA CONTRA EL CÁNCERC/ Amador de los Ríos, 5 28010913190966http.//www.todocancer.com
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