Génova
«Todo lo que anuncie Zapatero será sacar conejos de la chistera»
MADRID- La respuesta del líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, al paquete de medidas que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tiene planeado presentar en el Debate sobre el Estado de la Nación ha sido contundente. La información publicada ayer en LA RAZÓN, en la que se detallaban algunas de estas «milagrosas» recetas para paliar la crisis, ha provocado la reacción de Rajoy, quien señaló que si Zapatero anuncia alguna medida concreta para provocar un golpe de efecto, «serán conejos de chistera» que no servirán de nada, ya que la situación de crisis económica «no se arregla con parches ni con medidas improvisadas». Así lo manifestó en declaraciones a la cadena Cope. Además, quiso dejar claro que «lo que se necesita es una política económica seria como Dios manda y lo que se necesita es claridad, valentía, arrojo e ideas claras y de eso hay una carencia total en el Gobierno». A tenor de estas afirmaciones, no es de extrañar que la sesión parlamentaria del próximo martes se convierta en un debate bronco, con tintes de mitin electoral, sin margen para aproximar posiciones y con la vista puesta en las europeas. Ésta es la previsión de cómo será el campo de juego del duelo entre Zapatero y Rajoy con la que el líder del PP y sus estrategas han preparado ese cara a cara. Son más de dos meses de trabajo entre bambalinas, acelerado a la fuerza en estas últimas semanas y centralizado, sobre todo, en el grupo parlamentario en el Congreso. La portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, ya ha estado en la trastienda de otros debates similares cuando ocupaba despacho en Génova. En éste su función ha sido parecida. Y es que Rajoy ha aplicado el mismo método que le ha funcionado en los anteriores Debates del Estado de la Nación que ha afrontado como líder de la oposición. Hasta el último día Del «gobierno en la sombra», constituido por los portavoces sectoriales parlamentarios, se ha nutrido para recopilar las fichas técnicas sobre la situación del gabinete socialista en su conjunto. Aunque lo importante, porque será el eje de su discurso, es la crisis económica y el empleo. Hasta el último día sigue trabajando en la intervención -en la que, como siempre, el sociólogo Pedro Arriola ha sido uno de los elementos inspiradores-, pero los cimientos están más que consolidados. Las tres patas de la estrategia popular serán el diagnóstico y la crítica implacable a la gestión de la crisis por parte de Rodríguez Zapatero, la formulación de su programa global y el rastreo de lugares comunes con PNV y CiU en la votación de las propuestas de resolución, para tensar así la imagen de soledad parlamentaria del Gobierno. En su discurso reservará algún espacio a otras cuestiones, como la inmigración o la inseguridad ciudadana, y sus propuestas de resolución pivotarán en buena medida sobre políticas sociales que hacen aguas, como las ayudas para la dependencia. Todo el escenario se ha montado con el objetivo de conseguir eso que tanto preocupa a los estrategas «genovitas»: que se asiente la imagen de Rajoy como alternativa de gobierno más solvente que Zapatero para afrontar la brutal crisis que asola al país. El líder popular demandará al jefe del Ejecutivo una estrategia global contra la crisis en lugar de parches «propagandísticos».
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