Barcelona

Tres protestas de los «okupas» alteran la rutina de Barcelona

Tres protestas de los «okupas» alteran la rutina de Barcelona
Tres protestas de los «okupas» alteran la rutina de Barcelonalarazon

barcelona- Los «okupas» protagonizaron ayer en Barcelona tres acciones paralelas que entorpecieron la rutina de algunos ciudadanos. Los más madrugadores fueron «los okupas del 237», el colectivo de Les Corts que coge el nombre del inmueble donde vive, el número 237 de la calle Entença, una casa de la Colonia Castells, en la que se colaron hace dos años para protestar contra la operación urbanística que afecta al recinto. A las 6.30 horas de la mañana, dos de «los okupas del 237» se colgaron de un cable que cruza la calle Entença, uno pendía dentro del inmueble y el otro en medio de la calle, lo que obligó a cortar la circulación. Defensa de la Colonia Castells Cuando llegaron los Mossos, a las nueve de la mañana, había cinco personas más encadenadas en la fachada de la casa «okupada», otra colgada en la parte trasera del edificio y tres más habían puesto sus manos dentro de un bidón lleno de cemento. Los jóvenes querían dificultar un desalojo que al final no se hizo efectivo. Las seis furgonetas de la policía autonómica alteraron al barrio. Al ver la escena, a un vecino de la colonia Castells gritó que era «¡injusto!» que la policía desalojara a los chavales y un mosso le puso una multa por imcumplir la ordenanza de civismo, que prohíbe gritar y cantar «por encima de los límites del respeto mutuo». Hasta las tres de la tarde, los Mossos no lograron desatar a uno de lo jóvenes que se habían ligado a un cable de la calle Entença. Fue entonces cuando se restableció el tráfico. Además de protestar contra el desalojo del 237, que al final no se llevó a cabo, los «okupas» pidieron que la Colònia Castells, afectada por un plan urbanístico, se rehabilite en vez de destruirse. Las otras protestas «okupas» fueron a las puertas de la Modelo y en un puente de la B-23.