Un nombramiento «de cine»

Los ánimos del mundo del cine estaban bastante revueltos, los datos no son buenos y los retos son muchos, entre ellos el futuro en internet, y los artistas echaban de menos algo más de «afectos especiales», parafraseando a la ex ministra Carmen Calvo, que acabó cansando a este colectivo. Todo ello ha tenido que ver para que la llamada a ocupar la cartera de Cultura sea una cineasta, guionista, directora y presidenta de la Academia de Cine. Ángeles González Sinde (1965), licenciada en Filología Clásica, llegó precisamente a la Academia para apaciguar los ánimos e intentar enmendar la deriva radical de las ceremonias de los Goya durante la última legislatura de Aznar con las que el cine español se ganó la antipatía de buena parte de la sociedad. Ella misma tiene dos premios Goya, como guionista de «La buena estrella» (1997) y como directora novel por «La suerte dormida» (2003). Por ello, como autora, e hija de autor -su padre fue el primer presidente de la Academia- defiende la propiedad intelectual, que ha de ser eso que se llama la columna vertebral de su mandato. Su discurso en los Goya puede servir de declaración de intenciones: «Seguimos peleando para que las descargas ilegales no nos hagan desaparecer, para que nuestros administradores comprendan que en el negocio de la red no pueden ganar sólo los operadores de adsl mientras quienes proporcionamos los contenidos perdemos». Y otra más: «Los del cine estamos más acostumbrados a la crisis».