Berlín
Un ratero deja en evidencia a la ministra alemana de Sanidad
La ministra alemana de Sanidad, la socialdemócrata Ulla Schmidt, ha cosechado un aluvión de críticas por usar el coche oficial durante sus vacaciones en España, circunstancia que ha salido a la luz porque le robaron el automóvil la pasada semana en Alicante.La portavoz del Ministerio tuvo que salir ayer al paso de las críticas de la oposición, pero, también, de los reproches de sus socios de Gobierno. La defensa se basa en que Schmidt actuó en todo momento dentro de lo que establece el reglamento sobre la utilización de coches oficiales, que establece que todos los ministros tienen derecho a usar un coche oficial, tanto dentro como fuera del país, e incluso para fines privados, siempre y cuando el coste de éstos últimos salga de su propio presupuesto. Pero la cuestión de si la ministra había pagado los gastos o pensaba hacerlo al final del año fiscal no se hubiera planteado de no mediar unos ladrones «muy profesionales», de los que asolan en verano las costas españolas, que se introdujeron en el apartamento del chófer de la ministra y se llevaron las llaves del vehículo, un «Mercedes», clase «S», muñido de extras y que aún no ha sido localizado. Aunque el comportamiento es legal, Schmidt se ha visto enfrentada a la acusación de haber derrochado dinero público, por trasladar un coche más de 2.400 kilómetros y por los costes que se derivan de ese transporte, como la manutención y alojamiento del conductor.Su portavoz justificó la medida con el argumento de que «el alquiler de un coche de estas características en España es muy caro y sale al día por lo mismo que el traslado del vehículo oficial desde Berlín a Alicante, unos 500 euros». La citada portavoz insistió en que Schmidt está dispuesta a rendir cuentas a la comisión presupuestaria del Parlamento. Por supuesto, Angela Merkel, que está a sólo dos meses de las elecciones generales, ha aprovechado el incidente para sacar tajada: «Con su comportamiento, Schmidt daña la reputación de los más de 600 diputados del Bundestag y fomenta la desconfianza del ciudadano en los políticos».Aunque desde sus filas socialdemócratas no se han escuchado abiertamente críticas, Schmidt se quedó hoy aislada dentro del gabinete ministerial, al anunciar todos los portavoces que sus jefes nunca utilizan el coche oficial en vacaciones. La única excepción la forman los titulares de carteras consideradas de riesgo, como la de Exteriores, o la propia Presidencia, que están obligados a desplazarse en automóviles blindados y con escolta. No era el caso de Schmidt, que pasaba sus vacaciones como una turista más.
✕
Accede a tu cuenta para comentar