Consejo de Ministros
«Una deuda de 500 millones»
Madrid- Como todos sus antecesores y como afirmarán sus predecesores, si es que llega al cargo, Eugenio Martínez Bravo asegura que si le eligen presidente del Real Madrid en esas elecciones sin fecha levantará las alfombras. Y no sólo exigirá una auditoría, «también una inspección». Avizora en la tesorería blanca uno de esos agujeros negros con más números rojos que la empresa de Bernard Madoff. Y, sin embargo, quiere ser presidente. Es el único precandidato que ha saltado a la arena después de que Boluda convocara elecciones sine díe. Martínez Bravo, 39 años, socio del Madrid desde hace 27, presidente de la «Plataforma blanca», en plena campaña preelectoral expuso ayer en el Foro Ferrándiz-As sus ambiciones, «españolizar el Madrid y un entrenador para cuatro años»; su proyecto «ni calderonista ni florentinista, madridista», y su temores, «está todo pactado porque hay una corriente florentinista», a la que no es ajeno Boluda, a quien no ratificará como presidente su grupo en la asamblea del próximo día 29. Martínez Bravo reconoce «una deuda de 500 millones de euros», prefiere gastar 100 en tres fichajes españoles que en una estrella extranjera y avanza que tiene ¿apalabrado? un jugador «con presente, un enorme recorrido y no es español». No desentraña el misterio porque eso es baza electoral. Manifiesta que presentar un aval de 60 millones de euros, el 15% del presupuesto del club, no le supone ningún problema porque hay «empresarios madridistas» que le respaldan. Sobre este particular, reflexiona: «Parece que no se puede ser honrado y presidente del Madrid sin ser millonario». Y garantiza: «El Madrid no será sociedad anónima, pero funcionará como si lo fuese. Los socios mandan». Aboga por abaratar los costes, «hay que racionalizar el gasto, fichar en 48 horas, con suma cautela», y ha dado tres consejos a Boluda que éste ha ignorado: «Sobre el voto por correo, que sea como en las elecciones generales; sobre las elecciones, el 24 de mayo; sobre el orden del día, su ratificación como presidente en el último punto. Ni caso. Lo tiene todo pactado». En su punto de mira, el hipotético principal adversario: «Florentino no desea elecciones porque no quiere que nadie le recuerde sus errores. Persigue ser elegido por aclamación popular». Él piensa que puede derrotarle: «La sorpresa se masca...». Es su lema.
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