Italia

Una editorial no publicará una obra de Saramago porque critica a Berlusconi

La editorial italiana Einaudi, propiedad de Silvio Berlusconi, no publicará la obra "El Cuaderno", del premio Nobel de Literatura José Saramago, por sus críticas al primer ministro italiano, informó hoy el semanario "L'Espresso". En un artículo firmado por el escritor italiano Mario Portanova, el semanario explica que la casa editorial ha decidido no publicar la traducción al italiano del último trabajo del Nobel portugués porque contiene "juicios que, como mínimo, son cortantes sobre Silvio Berlusconi, que es propietario de Einaudi". El diario "Corriere della Sera", por su parte, se hace eco de los motivos expuestos por Einaudi para no editar la obra de Saramago. La casa editorial explicó que pese a haber publicado todos los trabajos del premio Nobel ha decidido no publicar "El Cuaderno"porque, "entre otras cosas, se dice que Berlusconi es un delincuente". Por este motivo Einaudi, aunque asegura que se trata de una opinión libre, "rechaza adoptar como propia una acusación que cualquier juicio condenaría". "El Cuaderno", que acaba de ser editado en español (Alfaguara) y portugués (Caminho), recoge las reflexiones que Saramago ha colgado en su blog http://cuaderno.josesaramago.org/. Consultado por el diario a través de un correo electrónico, Saramago explicó que "no publica su nueva colección de ensayos con Einaudi porque en ella critica sin censuras ni restricciones de ningún tipo a Berlusconi, que es el jefe de Gobierno y propietario de la casa editorial, así como de tantos otros medios de comunicación en Italia". "La verdad es que la situación que se ha creado podría definirse de pintoresca si no fuera por el hecho de que un político acumula tanto poder que hace temer la calidad de la democracia", agregó el escritor. Saramago precisó que nadie le ha pedido que suprima ningún pasaje sobre Berlusconi y aseguró que tras vivir la censura durante la dictadura portuguesa nadie lograría "que amputara una obra propia". El premio Nobel concluyó que "debe de ser duro vivir cuando el poder político y empresarial se reúnen. No envidio la suerte de los italianos, pero al final está en la voluntad de los electores mantener este estado de las cosas o cambiarlo".