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Una guerra de cartas

La Razón
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MADRID- A la baronesa Thyssen sigue sin gustarle la reforma que Alberto Ruiz-Gallardón quiere hacer en el Paseo del Prado. Esta sería la segunda vez que los deseos del alcalde se topan con los de Tita Cervera y, al menos, en el primer «cara a cara» fue Gallardón quien tuvo que dar su brazo a torcer después de que la baronesa saliera a la calle dispuesta a atarse a un plátano del Paseo. Entonces, el Ayuntamiento paralizó el proyecto y los arquitectos encargados de la reforma reconsideraron algunas de las peticiones de la viuda del barón Thyssen. En este punto, hubo incluso reuniones entre los arquitectos y la baronesa. Sin embargo, a finales del pasado año, las relaciones se congelaron y, de nuevo, la baronesa se ha alzado contra el proyecto del alcalde. Ayer, Carmen Cervera aseguró que no hay motivaciones políticas ni personales en su oposición al plan de Gallardón para el Eje y que ambos son grandes amigos.

 

A la espera de una llamada.

Sin embargo, Carmen Cervera no quiso dejar escapar la convocatoria mediática para afirmar que lleva meses esperado en vano una llamada de Alberto Ruiz-Gallardón para pedirle opinión sobre el proyecto de reforma del Eje Prado-Recoletos –«Aún estoy esperando que me llame», afirmó–.

Lo cierto es que no sólo el teléfono falla en la comunicación entre el primer edil de la capital y la viuda del barón Thyssen, tampoco las cartas han servido para acercar posiciones. Al revés.

Según fuentes municipales, la delegada de Urbanismo, Pilar Martínez, envió en noviembre de 2006 una misiva a la Fundación Thyssen-Bornemizsa. Estas mismas fuentes aseguraron que en la carta, el Consistorio informaba del borrador del proyecto y se pedía la opinión del Patronato acerca del proyecto. «Pero nunca contestaron», afirmaron.

Sin embargo, ayer, el director gerente del Museo aseguró que el Patronato sí que respondió a la misiva, en la que, además, solicitó más información sobre algunos detalles del nuevo proyecto de reforma para poder pronunciarse, pero, afirmó, «el Ayuntamiento no contestó». A pesar de los desencuentros, Carmen Cervera aseguró que no considera que el proyecto municipal sea una venganza por las movilizaciones contra la reforma del Paseo que ella siempre ha liderado. «No creo que las venganzas personales sean tan cortas de mira», afirmó.