Nueva York
Viajar en tiempos de crisis
Existen muchas fórmulas para pasar unos días de descanso sin vaciar los bolsillos. Practicar el agroturismo o visitar un parque nacional resulta tan gratificante como la isla más exótica del Pacífico.
Viaje no es sinónimo de dispendio o, al menos, no tiene por qué serlo. En tiempos de «vacas flacas» como los actuales existen muchas posibilidades para disfrutar de unas vacaciones. Una casa rural o un monasterio en lugar de un establecimiento de lujo; un destino en el que el cambio de moneda nos resulte favorable, como Londres o Islandia, o practicar en cualquier rincón de España el «slow travel», ese viaje sin estrés que resulta toda una filosofía de vida, son opciones tan interesantes como visitar el país más lejano.
El turismo rural en todas sus versiones gana adeptos en nuestro país, uno de los que con mayor retraso se apuntó a esto del regreso al campo en las vacaciones. Es una opción que permite compartir los gastos de alojamiento, la casa, con un grupo más o menos amplio, lo cual abarata el viaje. Sin embargo, el turismo rural permite unas vacaciones de lo más completas, pues, desde las actividades propias de la granja y la huerta hasta las catas de vino o la vendimia del llamado enoturismo, el viajero encuentra un amplio abanico de oferta gracias a la cual su estancia resulta de lo más enriquecedora. Además, hoteles y casas rurales existen en cualquier rincón de España, lo que permite elegir un destino más o menos cercano y, por lo tanto, una estancia más o menos larga dependiendo del precio que cada bolsillo pueda soportar.
Lo mismo sucede si el destino elegido es cualquiera de los múltiples espacios naturales protegidos o si opta por el «turismo de silencio» en uno de los monasterios que ofrecen su austero y tranquilo alojamiento para unas vacaciones de absoluto relax.
Aunque, si de relax se trata, quizá lo más adecuado sea practicar el «slow travel» o turismo sosegado. Es toda una filosofía de vida; un movimiento que nació en el norte de Italia, concretamente en la ciudad de Bra, la primera del mundo catalogada como «slow city», y que pretende poner una barrera a las prisas vertiginosas, la comida basura o la invasión de los coches. En España hay ya un puñado de localidades con el sello de «tranquilas» esperando al visitante que quiera disfrutar de ellas.
Pero no es preciso quedarse en España para adecuar viaje y presupuesto ajustado. Sólo hay que saber elegir los destinos en los que la situación de nuestra moneda nos pueda resultar favorable. Es el momento de hacer esa escapada a Islandia, por ejemplo; o aprovechar la caída de la libra para viajar a Londres, una de las ciudades más caras de Europa, que se ha convertido ahora en un destino en «rebajas».
Independientemente del estilo de viaje o del lugar elegido, no conviene olvidar algunas fórmulas que ayudan a encontrar el viaje más asequible y a ajustar el presupuesto. Los buscadores y, aún más, los comparadores de la red proporcionan un abanico de los precios más ajustados que existen en ese momento en el mercado. Los cruceros o los «todo incluido» aseguran un precio cerrado en el que entran todos los gastos y, por lo tanto, evitan sorpresas al regreso.
>> Agroturismo. Pasar unos días en plena naturaleza y comprobar la experiencia de vivir en un entorno rural es una de las alternativas más jugosas y baratas para unas vacaciones en familia. En www.toprural.com y en www.ecoturismorural.com (Asociación Española de Turismo Rural) puede encontrarse una amplia selección de alojamientos en los que, además de descansar, se pueden realizar las tareas propias de una granja. Es el caso de La Sacristana (en Lacar, Navarra), donde el huésped puede, por ejemplo, visitar un colmenar y recoger miel. En Pagorriaga (Guipúzcoa), entre las tareas del viajero figura la de dar de comer a las ovejas o a las gallinas.
>> Turismo enológico. Tierra de vinos, la geografía española está plagada de viñedos y bodegas de altura. Desde el Albariño de Galicia hasta el Jerez andaluz, pasando por la Ribera del Duero o el Penedés, las opciones son más que sugerentes para el viajero dispuesto a descubrir España de la mano del dios Baco. Imprescindible recorrer la región de Somontano (Huesca) y hacer parada en Barbastro. En Jerez de la Frontera (Cádiz) es obligado adentrarse en la bodega de Pedro Domecq o la de Osborne y, ya que pasamos por allí, observar el baile de los caballos en la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre. En Laguardia (Álava), el cuatro estrellas Villa de Laguardia tiene una oferta especial de invierno apta para todos los bolsillos. Válida hasta el 28 de febrero, incluye habitación doble estándar y desayuno desde 82 euros por persona.
>> Slow travel. Aquellos que busquen un viaje sin prisas, al más puro estilo «slow travel», tienen una cita en Andalucía. Son varios los municipios de la comunidad que tienen el sello de «tranquilos». Es el caso de Nigüelas, en el granadino valle de Lecrín, con calles empedradas, centenarios molinos y vistas de excepción a Sierra Nevada. A escasos kilómetros, la villa de Dúrcal también cuenta con la etiqueta «slow», gracias a uno de los conjuntos paisajísticos más bellos de la región. En Pozo Alcón, una coqueta localidad jienense enmarcada a los pies del Parque Natural de Cazorla, la quietud se respira nada más poner un pie en ella. Pero fuera de Andalucía también hay rincones recomendados para descansar en calma, como Murguía (País Vasco) o Pals (Gerona).
>> Londres. Los cambios en la economía global también tiene sus ventajas. Al menos para los viajeros más avispados. Ahora, la fortaleza del euro frente a la libra convierte a Londres en un destino muy asequible y más apetecible que nunca. De hecho, según un estudio realizado por British Airways, los turistas que viajan actualmente a Reino Unido pueden ahorrarse una media de 100 euros en un fin de semana, en comparación con lo que se gastaban en enero del año pasado. Las líneas aéreas, los alojamientos y la misma agenda cultural de la ciudad presentan estos días descuentos más que atractivos. Por no hablar de los grandes almacenes, donde las rebajas se encuentran, incluso, al 80 por ciento. El precio del trayecto ya no es una excusa para reprimir el deseo de conocer la capital británica. British Airways ofrece tarifas desde 67 euros para volar a Londres, mientras que la aerolínea española Iberia dispone de trayectos, ida y vuelta, desde 121 euros.
>> Islandia. La joven república de Islandia es otro de los ejemplos de esos destinos que siempre dejamos para «otra ocasión». Hasta ahora, ya que la devaluación de la corona islandesa lo hace mucho más factible. La página web Muchoviaje.com ofrece un recorrido por la zona sur de la isla durante seis días desde 1.832 euros por persona –para reservas realizadas antes del 31 de enero–. Válido para viajar en Semana Santa, el circuito incluye un cinco por ciento de descuento con respecto al precio habitual.
>> Nueva York. El paraíso del «shopping» es, desde hace algunos meses, un viaje obligado para esos que no quieren renunciar a salir al extranjero, pero sin gastar en exceso. Cultura, compras, museos y naturaleza conviven en una ciudad que no deja indiferente a nadie. Viajes el Corte Inglés propone descubrir Nueva York durante siete días desde 988 euros por persona –para reservas realizadas antes del 31 de enero–. La promoción, con salidas hasta el 27 de marzo, incluye vuelo con Iberia desde Madrid.
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