País Vasco

Zapatero ataca a Aznar y niega al PP su aportación al cambio en el País Vasco

Zapatero ataca a Aznar y niega al PP su aportación al cambio en el País Vasco
Zapatero ataca a Aznar y niega al PP su aportación al cambio en el País Vascolarazon

No hay precampaña que se precie ni victoria que se celebre en la que el PSOE no visite la plaza de toros de Vistalegre. Ayer confluían los dos motivos: la investidura de Patxi López y las elecciones europeas. Carabanchel es termómetro, es talismán y es donde los socialistas se conjuran para defender valores y principios de unas siglas que esta semana han cumplido los 130 años. Aquí dicen que empezó el espíritu de cambio cuando Zapatero llevaba apenas un año de secretario general del PSOE, y aquí regresan los socialistas cada vez que buscan una victoria. Ya están listos para la liza del 7 de junio. Y ayer se daban un baño de multitud para calentar motores cuando, de repente, el acto se tornó en un ¿improvisado? homenaje a quien fuera esta semana investido nuevo lendakari.

 

La plaza vibró cuando su nombre sonó por la megafonía. Los 20.000 «fieles» le recibieron en pie y con una sentida ovación cuando Manuel Chaves le miró desde el atril y le dijo: «Anda Patxi sube aquí y dinos algo». Ni José Tomás hubiera tenido semejante entrada en el paseíllo. Ya en el atril, el lendakari, tuvo la más emotiva de las intervenciones de la mañana. Orgullo, sensibilidad, fuerza, sentimientos… para decir que siempre tendrá la mano tendida en la búsqueda de la paz y el entendimiento. «Ésta es la mano –dijo– que tendré siempre tendida para buscar el entendimiento con los diferentes. No importa que ahora la rechacen, sé que en el camino nos vamos a encontrar. No voy a gobernar contra nada ni contra nadie». Hablaba del PNV, claro.

 

Emocionado ante una militancia entregada, López citó uno por uno los nombres de los socialistas vascos asesinados por ETA antes de preguntarse «¿Quién puede decir que no queremos a Euskadi? ¿Quién puede decir que no somos de fiar?». Acabó con una proclama: «No quiero una Euskadi dividida o enfrentada; ni una sola política que margine o excluya; ni un País que se defina por sus conflictos o por sus bombas… Que nadie espere revanchas, pero tampoco prioridades identitarias».

 

Ahí acababa López sus sentidas palabras cuando Zapatero subió al estrado y siguió con el guión de Euskadi, pero no para hablar de manos tendidas, ni de entendimientos, sino para izar la bandera socialista y sólo la socialista: «¿Y todavía dice Aznar que el trabajo lo hizo Mayor Oreja? Siempre se apropian del trabajo de los demás. El éxito es de Patxi». Éste fue su inicio y su forma de reivindicar la paternidad del cambio en Eukadi y negar la contribución del PP al mismo. «¿Sabéis por qué lo ha conseguido Patxi? Porque su proyecto no es un nacionalismo contra otro nacionalismo, porque en su proyecto cabe igual Mayor Oreja que Urkullu».

 

Alabó la valentía y la dignidad socialista para afrontar el azote del terrorismo y puso en valor la actitud del PSOE, «que supo aguantar descalificaciones, insultos» cuando trabajó en defensa de la paz, la libertad y la convivencia en Euskadi por ver el final de ETA y de la violencia». Hablaba de la última negociación con ETA y por eso reivindicó el papel de Eguiguren, Ares y Rubalcaba. Fue aquí cuando evocó su primera legislatura y la política antiterrorista de entonces, para «proclamar hoy con orgullo» que la democracia «está hoy más fuerte contra ETA».