Estados Unidos
Zapatero: «El pleno empleo era sólo un objetivo»
La crisis y su peor efecto, la pérdida de puestos de trabajo, centraron el interés de los ciudadanos frente al presidente. José Luis Rodríguez Zapatero, quien participó anoche en el programa de TVE «Tengo una pregunta para usted», en el que la mayoría de las cuestiones reclamaban soluciones frente al paro y hasta cuándo iba a durar esta situación.
La crisis parece haber hecho mella en el presidente del Gobierno, que ayer se mostró más nervioso ante las preguntas de los ciudadanos. No respondió a las incógnitas planteadas sino que intentó justificarse en que se haya pasado de una cierta desaceleración a una grave crisis.
La concreción de las preguntas no estuvo equiparada a la de las respuestas. El presidente del Gobierno dedicó buena parte de sus primeras intervenciones a explicar los motivos de la crisis y a hacer frente a las quejas de los ciudadanos ante una falta de previsión «por desconocimiento o por engaño», como le espetó un ciudadano en su turno de preguntas.
Zapatero dijo que hace un año no se preveía la situación actual, motivada por una crisis financiera internacional «sin precedentes y con epicentro en Estados Unidos, donde se fomentaron valores como la avaricia». El debate en campaña entre el popular Pizarro y el socialista Solbes fue un antecedente de lo que ayer pasó. Pizarró altertó de la grave situación frente a las acusaciones de «antipatriota y generador de alarma social» con las que respondió entonces Solbes. Los ciudadanos recriminaron a Zapatero su optimismo y el de su equipo económico hace un año y lo mucho que han tardado en afrontar la situación real.
Alienta el consumo
Para intentar justificar que el Gobierno no mintió, Zapatero dijo que había situado a España en las cifras de paro más bajas de la historia, el 8%. Ahora estamos en una de las cotas más altas de desempleo, pero Zaptero intentó transmitir optimismo y vaticinó que la ocupación comenzará a remontarse a partir de 2010.
Los ciudadanos reclamaban soluciones concretas a sus problemas, como la falta de empleo o el riesgo a perder el trabajo. Zapatero respondía con las medidas genéricas impulsadas por el Ejecutivo, como el Fondo de Inversión Local, o las ayudas a los bancos para recuperar la actividad crediticia.
Esfuerzo colectivo
El presidente pidió confianza a los ciudadanos, recomendó que los que no tienen problemas que consuman para mover la economía. Dejó claro a los ciudadanos que para hacer frente a la crisis es necesario un esfuerzo colectivo. Reconoció que la crisis está provocando mayor índice de parados en España que en otros países de nuestro entorno. Las causas, según Zapatero, es el bajón experimentado en el sector de la construcción y contar con una población joven que incrementa el número de personas en edad de trabajar. Tanto le preocupa a Zapatero el incremento del paro, explicó, que «lo que más comento con mi mujer son las cifras de desempleados».
Siguió insistiendo en que su objetivo, como dijo en campaña, era el pleno empleo. Pero intentó transmitir que no era una promesa, sino un objetivo. Se planteó, a pesar de las cifras, el reto de lograr una sociedad sin parados. Citó varias ocasiones la inyección de 8.000 millones para los municipios como medida para generar puestos de trabajo, a la vez que insistió en la ayuda a las entidades financieras para fomentar que vuelvan los créditos a las pequeñas empresas y a las familias.
Crisis de irak
Uno de los participantes que obvió la crisis, le preguntó por qué no se levanto, hace casi cinco años, al desfilar la bandera nortearicana en el desfile de la Hispanidad. Zapatero explicó que no se quedó sentado como una falta de respeto hacia Estados Unidos, sino por una muestra de protesta hacia la invasión de Irak, «postura que compartían muchos millones de españoles».
No habrá eutanasia
En el ámbito de la educación, el presidente del Gobierno situó como su principal reto la lucha contra el fracaso y el abandono escolar. Afirmó que es necesario que los jóvenes continúen con sus estudios para garantizar una preparación de los españoles y abundar en una sociedad competitiva. Negó también que tenga previsto legalizar la eutanasia esta legislatura, pero no se mostró contrario a una ley de plazos sobre el aborto.
Defensor del aborto
El presidente Zapatero se mostró partidario de la interrupción voluntaria del embarazo «con unos límites razonables. Prometió una reforma de la ley del aborto, a la que no puso fecha, para «garantizar mejor los derechos de las mujeres». Un sacerdote le preguntó si consideraba que un feto es un ser humano y le cuestionó abiertamente «sobre el derecho a la vida». Zapatero le respondió que le estaba planteando un «debate casi doctrinal y científico». Se remitió a una sentencia del Tribunal Constitucional y al derecho a la mujer para tener libertad a interrumpir voluntariamente su embarazo. Afirmó que hay que adaptar la ley española a la de los países de nuestro entorno, mostrándose a favor de una ley de plazos.
La autopregunta
Aunque se trataron, muy de pasada otras cuestiones, sin duda fue la crisis la que capitalizó el debate de Zapatero con los ciudadanos. Reconoció que la Justicia no funciona bien en España, en momentos de negociación ante las amenazas de huelga de los jueces. No se habló de terrorismo o de la presunta trama de espionaje en Madrid. Ni siquiera se habló de Obama. Una ciudadana le dijo que se preguntaría él. La respuesta fue: «Qué puedo hacer para ayudar a mi país a salir de la crisis».
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