Tegucigalpa

Zelaya viaja a la frontera «sin armas»

La nueva propuestadel presidente Arias no convence a nadie, pese a que concedía una amnistía general.

Miles de hondureños seguidores del nuevo gobierno de Roberto Micheletti
Miles de hondureños seguidores del nuevo gobierno de Roberto Michelettilarazon

BUENOS AIRES- Honduras se asoma al abismo tras fracasar el último intento por lograr un acuerdo. Caiga quien caiga el presidente destituido, Manuel Zelaya, comienza su particular odisea hacia Tegucigalpa, aireando el fantasma del magnicidio mientras que en el país centroamericano crece la tensión y las marchas se intensifican.En la víspera, el presidente costarricense Óscar Arias presentó una nueva propuesta que condicionaba el regreso de Zelaya al Gobierno, siempre que éste renunciara a cualquier aspiración de reelección presidencial. En respuesta, la delegación del presidente «de facto», Roberto Micheletti, reiteró que no permitirán la restitución de «Mel», y el mandatario derrocado achacó el fracaso de la mediación a «la intransigencia de los golpistas». Reunido con periodistas en la Embajada hondureña en Managua, el depuesto presidente anunció que su marcha se iniciaba ayer con un viaje a la norteña ciudad de Estelí, a 150 kilómetros de Managua, desde donde mañana partiría hacia la frontera con Honduras. Se espera que la caravana, integrada por simpatizantes y gran cantidad de periodistas, recorra cerca de 250 kilómetros hasta llegar al puesto fronterizo de Las Manos, que limita con el departamento hondureño de El Paraíso, vecino a la provincia de Olancho, donde Zelaya nació en 1952 en el seno de una familia acomodada. Pero también podría ingresar a Honduras por la aduana de El Espino, a 237 kilómetros de Managua y ubicada frente a la provincia hondureña de Choluteca, advirtió otro de sus asesores. El mandatario, de 56 años, aseguró que viajará a la frontera norte de Nicaragua «sin armas» y que intentará entrar en Honduras para reunirse con su esposa y sus hijos en una localidad limítrofe aún no revelada, donde también hablará con la población de su país. «La idea es cruzar. Ellos [el gobierno ‘de facto'] dicen que lo van a impedir, pero yo voy a llegar a hablar de cualquier manera, y responsabilizo a los militares por lo que me suceda», aseveró. Escenarios posiblesCon las negociaciones rotas se abren varios escenarios posibles. La solución natural dentro del proceso político sería el retorno de Zelaya por un período muy breve de tiempo, prácticamente hasta las elecciones, dentro de dos meses. Sin embargo, si Zelaya es apresado o asesinado, la apuesta del Gobierno interino sería aguantar la presión internacional hasta las elecciones.Insistir en una línea dura dejaría a Honduras aislada políticamente y, quizás, económicamente, en la región. De nuevo se abriría la vía del diálogo. Estados Unidos jugaría un papel clave dependiendo de las sanciones que estén dispuestos a tomar.El golpe ya se sientePor el momento, el primer sector afectado por el ruido político fue el del turismo, que sufrió una drástica reducción en la ocupación hotelera. Honduras, que vive principalmente de la exportación de café, banano y textiles, ya estaba siendo golpeada por la crisis financiera internacional desde fines del año pasado.Además ayer comenzó un paro nacional de dos días convocado por los partidarios de Zelaya. Las autoridades interinas reconocen que la crisis y la huelga afectarán el ritmo económico del país, donde siete de cada diez hondureños son pobres.Hasta el momento, el dinero retenido por la comunidad internacional es básicamente para obras de infraestructura rural, proyectos para agricultores, carreteras, para familias de bajos recursos y para programas de lucha contra el sida.La ayuda externa suma casi un 20% del presupuesto de Honduras, cercano a los 5.600 millones de dólares. Tan sólo la cancelación de la ayuda del BID y del Banco Mundial se calcula en 200 millones de dólares para este año. Al final, el golpe de Estado lo pagarán los de siempre, lo más pobres.