La controversia surgió cuando una clienta, acompañada de su madre, solicitó que el croissant se sirviera partido. Al revisar el ticket, descubrieron un recargo adicional que no habían anticipado: 0,10 € por el corte del dulce. El detalle, aparentemente menor, fue suficiente para desatar una ola de indignación tras publicarse en redes sociales.

“Me pareció surrealista. No es por los 10 céntimos, sino por el principio. ¿Desde cuándo cortar un croissant es un servicio extra?”, comentó la clienta en su publicación, que rápidamente se viralizó.

El local, dirigido por Massimiliano Viotto, defendió la decisión alegando que el servicio de corte implica costes añadidos, como platos y servilletas. “No es una estafa, sino una decisión consciente que defendemos con orgullo y consciencia”, afirmó Viotto al Corriere della Sera. También explicó que el nuevo menú estaba en imprenta, pero que el recargo se mostraba en la caja, como exige la normativa local.

Viotto añadió con ironía: “El café cuesta 10 céntimos menos porque no cobramos el servicio de mesa. ¿Eso también debería indignarles?”.

La publicación del ticket no tardó en viralizarse, atrayendo miles de comentarios, reseñas negativas y encendidas discusiones. “Nos han inundado con reseñas de una estrella de gente que nunca ha estado en nuestra pastelería”, lamentó el propietario.

Mientras algunos internautas calificaron la medida como una muestra de avaricia hostelera, otros defendieron el derecho del empresario a establecer sus propias reglas comerciales. “Si cortar un croissant requiere trabajo, ¿por qué no cobrarlo?”, escribió un usuario en defensa del local.