Internacional

Sebastian Kurz sustituye a la ultrederecha por los Verdes para poder volver al gobierno austriaco

El canciller conservador mantendrá su dura política antiinmigración y neoliberal

Swearing-in of new Austrian coalition government of OeVP and Green Party
El conservador Sebastian Kurz a su llegada a la toma de posesión del nuevo gabinete en el Palacio Hofburg de VienaFLORIAN WIESERAgencia EFE

La última vez que se vio a Sebastian Kurz en la sala de la emperatriz María Teresa del Palacio vienés de Hofburg, miles de personas se concentraron en el exterior para protestar contra su coalición con el ultraderechista Partido de la Libertad (FPÖ). Dos años más tarde y cien días después de las elecciones, el líder del Partido Popular (ÖVP), juró este martes su segundo mandato, esta vez a la cabeza de una coalición con el partido de Los Verdes, tras no haber logrado una coalición con la extrema derecha. Nadie protestó en la calle, pero tampoco nadie tuvo la osadía de hacer conjeturas sobre el futuro de tan osado experimento que incluso llevó a escribir a algún medio que semejante alianza hubiera sorprendido a la mismísima emperatriz, tan amiga de los gobiernos en los mismos tonos que elegía para sus retratos: los oscuros. Es la primera vez que Los Verdes entran en el Ejecutivo nacional y que esas dos corrientes gobiernan juntas en un país europeo.

“Nuestra democracia es viva. Tiene la fuerza para su depuración y renovación. Lo hemos logrado juntos muy bien, lo que me hace sentir optimista”, aseguró el presidente austriaco, Alexander van der Bellen, antiguo dirigente de Los Verdes. El jefe de Estado aludió así a las turbulencias vividas en Austria este año tras el escándalo de corrupción en el que se vio involucrado el partido ultranacionalista FPÖ, entonces aliado con los populares en el poder, y que en mayo de 2019 hizo saltar por los aires a la coalición gobernante.

No obstante, la pregunta es cómo serán los pasos que dé a partir de ahora el nuevo Ejecutivo que ya ha sido tildado por la prensa austriaca como “exótico” o “improbable”. De hecho, la formación de este Gabinete, que cuenta con 97 de los 183 escaños del Parlamento, ha estado precedida por tres meses de arduas negociaciones para pactar un difícil compromiso, dadas las posturas divergentes de los dos socios de coalición. Tanto Kurz como el líder de Los Verdes, Werner Kogler, admitieron que, pese a que gobernar juntos es “una osadía”, ambos están a favor de llevar adelante el experimento.

A sus 33 años, Kurz vuelve a ser canciller federal, convertido por segunda vez en el jefe de Gobierno más joven de Europa tras salir fortalecido en los comicios del pasado 29 de septiembre. Desde entonces, no ha ocultado que hubiese preferido reeditar su alianza con los ultras pese a que los 17 meses de Gobierno estuvieron plagados de escándalos, con mensajes xenófobos y puestas en cuestión incluso de los tratados internacionales de derechos humanos. Pero a pesar del cambio de alianza, Kurz sigue fiel a su programa y el domingo viajará a Bruselas para asegurar a la jefa de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, que quiere mantener sus planes contra la migración con el fortalecimiento de las fronteras, entre otras medidas.

No será el único punto de discordia. La nueva coalición plantea una serie de interrogantes sobre su viabilidad futura, dado el gran nivel de divergencia en sus ideologías y posturas. No obstante, Kogler ha conseguido que su partido respalde el programa a pesar de las concesiones “dolorosas”. Kurz no sólo ha impuesto una política económica neoliberal, sino que mantiene las duras políticas contra los extranjeros pactadas con los ultras en la pasada legislatura. Destaca la detención preventiva de solicitantes de asilo considerados peligrosos, incluso antes de cometer delitos, o la ampliación de la prohibición del velo musulmán en las escuelas.

A cambio, Los Verdes han introducido medidas contra el cambio climático, especialmente relacionadas con el transporte, y para garantizar un mayor control y transparencia en la administración. Kogler, que ocupará la vicecancillería del Gobierno y la cartera de Deportes, Servicio Público, Arte y Cultura, ha defendido el pacto negociado como un proyecto “pionero”. “Desde Europa nos miran”, declaró, al considerar que este experimento puede ser un precedente para otros países.

En ese sentido, el presidente del Partido Popular europeo, Donald Tusk, aseguró que este acuerdo es una directriz para los conservadores porque la protección del planeta “es para los cristianos el undécimo mandamiento”. En el nuevo Ejecutivo hay por primera vez más mujeres que hombres, seis del ÖVP y tres de los Verdes. La diferencia de apoyo electoral también está reflejada en el reparto de carteras: diez de los catorce ministerios, entre ellos Finanzas, Exteriores, Interior y Defensa, son para el ÖVP.