Mijail Mishustin, un hombre de paja

¿Por qué se ha elegido a Mijail Mishustin para ocupar el puesto de primer ministro?

Además de tener fama de ser un buen gestor y de haber conseguido un incremento sustancial en la recaudación de impuestos, tiene a su favor que él no pertenece a ninguna de las grandes facciones de poder: no pertenece ni al núcleo duro de las Fuerzas de Seguridad –los conocidos como «siloviki»– que ha apoyado estos años al presidente Putin, ni tampoco al grupo de liberales y tecnócratas que, con el tiempo, han ido apoyando a Medvedev. Esto apunta a que no sería el idóneo para suceder a Putin en la Presidencia, sino para dar confianza en el periodo de «transición» del sistema político. Creo que es una forma de posponer la decisión sobre quién será su sucesor.

¿Qué se deja entrever de las reformas que se han propuesto para el Parlamento y el Consejo de Estado?

Aunque es muy pronto para decirlo de forma categórica, creo que el mensaje que se está mandando es que 2024 es demasiado pronto para ver a Putin totalmente desplazado del poder. Las reformas del sistema retraerán a Rusia a la época previa del «autogolpe de Estado» de Boris Yeltsin –en el que llegó a bombardear el Parlamento– y que inició una deriva presidencialista con tintes autoritarios en el Gobierno ruso, anteriores al propio presidente Putin. Previsiblemente, lo que ocurrirá en 2024 es que Vladimir Putin se establecerá en una posición por encima del resto de instituciones. Es menos probable que asuma el cargo de primer ministro, por mucho que fortalezca sus atribuciones frente al presidente.