Reino Unido

La vanguardia médica británica contra el virus procede de las antiguas colonias

Los ochos médicos fallecidos en Reino Unido durante la pandemia son de origen extranjero. El 12% de los sanitarios públicos son de fuera

Mensaje de agradecimiento a la sanidad pública británica que lucha contra el Covid-19
Mensaje de agradecimiento a la sanidad pública británica que lucha contra el Covid-19Alberto PezzaliAgencia AP

Cada jueves, a las ocho de la tarde, es cuando los británicos salen a aplaudir desde sus balcones al personal sanitario para agradecerles la heroicidad que demuestran al estar en primer línea de una guerra contra un asesino silencioso, pero tremendamente letal.

El doctor Hisham el-Khidir, cirujano en Norwich (este de Inglaterra) no puede dejar de emocionarse. Pero, al mismo tiempo, recuerda que apenas hace año y medio, el país seguía absorto en el debate del Brexit y muchos de los británicos señalaban que los inmigrantes venían al Reino Unido para quitarles sus trabajos y aprovecharse del Sistema Nacional de Salud Público (conocido como el NHS). “Ahora son los mismos inmigrantes los que están tratando de salvar a los británicos, dejándose la propia vida en ello”, explica a “The New York Times”.

El-Khidir es primo del doctor Adil el-Tayar, un cirujano de trasplantes, que falleció el pasado 25 de marzo por Covid-19 en el oeste de Londres. El médico, de origen sudaní, tenía 66 años y era padre de cuatro hijos, dos de ellos, trabajan también en el NHS. La pandemia por coronavirus, que se ha convertido en el reto más complejo para los Gobiernos a ambos lados del Atlántico en tiempos de paz, se ha cobrado la vida de más de 12.000 personas en el Reino Unido, entre ellos, ocho médicos. Todos ellos, inmigrantes o de origen inmigrante.

En un país donde el histórico divorcio con la UE sacó a relucir el debate migratorio a la palestra -registrando un importante incremento en ataques racistas, sobre todo en los meses posteriores al triunfo del Brexit- el dato ahora resulta tremendamente significativo.

Una vez más, queda en evidencia la gran dependencia del NHS de los extranjeros. El 13% de los sanitarios que trabajan en los hospitales públicos son nacidos fuera del Reino Unido (137.565) y de ellos, 62.000 procedentes de la UE.

Los ocho médicos que han muerto hasta la fecha por coronavirus son: Amged el-Hawrani, de 55 años, y Adil El Tayar, de 64 años, de Sudán; Habib Zaidi, 76, un médico generalista de Pakistán; Alfa Sa’adu, 68, médico geriátrico de Nigeria; Jitendra Rathod, 62, cirujana del corazón de la India; Anton Sebastianpillai, de unos 70 años, médico geriátrico de Sri Lanka; Mohamed Sami Shousha, 79, especialista en tejido mamario de Egipto; y Syed Haider, de unos 80 años, médico general de Pakistán. Las antiguas colonias británicas son cuna de muchos de los sanitarios que luego se trasladan al Reino Unido.

Según las últimas cifras oficiales de marzo de 2019, el 20% de los más de 1.2 millones de empleados del NHS provenían de los orígenes denominados BAME (negros, asiáticos, minorías étnicas). La proporción se sesga aún más cuando se trata de médicos: más del 43% de los doctores senior del Sistema Nacional de Salud Público y el 47% de los médicos junior (recién licenciados).

El ministro de Sanidad, Matt Hancock, ha querido ahora rendirles homenaje: “Muchos de los que han fallecido son personas que vinieron a este país para marcar una diferencia, y lo hicieron, han dado sus vidas en sacrificio, y no podemos estar más agradecidos por ello”.

Sin embargo, los propios medios locales denuncian que, hace más de dos años, el Gobierno rechazó hasta 1.500 solicitudes de visa de médicos con ofertas de trabajo. Esto se debió a un límite en el número de visas de “nivel dos” emitidas a trabajadores de fuera del Espacio Económico Europeo.

Según “The New York Times”, Reino Unido ahorra más de 247.000 euros a los contribuyentes al reclutar médicos extranjeros. A pesar de esto, los doctores extranjeros tienen que pagar miles de euros para conseguir una visa que implica, entre otros, un pago anual de 456 euros para poder utilizar el propio NHS en el que trabajan. Las reglas se aplicarán también a los comunitarios una vez acabe el periodo de transición post- Brexit, previsto hasta diciembre. Aunque debido a las circunstancias excepcionales, se da por hecho que habrá ampliación de plazos.

Olamide Dada, fundador de Melanin Medics, una organización dedicada a apoyar a los profesionales médicos de la comunidad afro-caribeña, recalca que los médicos de BAME “merecían ser tratados con respeto” debido a su trabajo en la primera línea de la lucha contra la pandemia de coronavirus. “Esto demuestra que solo querían servir, sus contribuciones son tan importantes como las de cualquier otra persona, haya nacido en el Reino Unido o no”, añade.

Según los medios locales, muchos médicos extranjeros al llegar al Reino Unido, no ven reconocidas sus especialidades y mientras que los británicos ocupan las disciplinas más prestigiosas, a ellos les mandan a puestos menores.

En cualquier caso, Lola, una enfermera española que trabaja en el hospital londinense de Charing Cross, asegura que ella jamás ha visto ningún signo de racismo en su equipo.

“En mi departamento somos 25 enfermeros de los cuales 6 son ingleses, 2 italianos, una india, una española, una libanesa, una polaca y el resto filipinos. Llevo 3 años trabajando como enfermera para el NHS y no he sentido que me trataran de manera diferente, al contrario, nos valoran mucho como profesionales y que tengamos tan buena formación. No he presenciado ningún trato racista en el trabajo, ni mucho menos discriminación entre médicos de distinta raza”, matiza a este diario, en uno de los pocos descansos que tiene en estas jornadas frenéticas de estos días.

“Obviamente, me gustaría estar en España, pero me siento bien al pensar que estoy ayudando y dejándome la piel cuidando a pacientes en esta situación tan crítica que nos ha tocado vivir”, señala.