Joe Biden

¿Quién es Tara Raece, la ex asesora de Biden que puede acabar con sus opciones a la Casa Blanca?

El ex vicepresidente norteamericano rompe su silencio y niega las acusaciones de agresión sexual: “Nunca jamás ocurrió”

Joe Biden denies sexual abuse claims
El más que probable candidato demócrata a la presidencia de EE UU niega las acusaciones de abuso sexualTRACIE VAN AUKENEFE

Ni el coronavirus, ni sus múltiples efectos en la economía y en la todavía desconocida nueva manera de vivir a la que se enfrenta la sociedad estadounidense han sido capaces de apagar la llama del último escándalo sexual que arde en primera línea política del país. Esta vez, en las filas demócratas. Su candidato a la presidencia de EEUU se enfrenta a la acusación de abuso sexual de una de sus ex empleadas.

Joe Biden daba la cara, ante la creciente presión tras varios días de silencio que ya empezaban a incomodar a los propios demócratas, para negar las acusaciones de su ex asistente en el Senado: «No es cierto», se defendía Biden en el programa matinal de MSNBC. «Digo sin ninguna duda que nunca jamás ocurrió», añadió en directo por televisión. Su ex colaboradora de 56 años, Tara Reace, asegura que los hechos se remontan a 1993, cuando ella tenía 29 años y su entonces jefe, Joe Biden, la acorraló contra una pared, abriendo con las rodillas sus piernas, metiendo la mano bajo su falda y penetrándola con los dedos. Aunque la ex asesora de Biden asegura haber compartido su testimonio con varias personas, entre ellas tres ayudantes del demócrata, y también haber presentado una queja formal en el Senado tras el suceso, no ha aparecido por el momento ninguna documentación registrada que avale su versión.

Antes de la aparición pública de Biden para desmentir la acusación, que en un principio fue de acoso pero después también de agresión sexual, el candidato demócrata a la Casa Blanca había emitido un comunicado pidiendo al Senado la solicitud a los Archivos Nacionales del historial de su personal que pudiera indicar si su ex colaboradora presentó alguna queja en su contra.

En ese mismo comunicado previo a su entrevista en televisión, Biden envió un mensaje enfocado en el respaldo que las víctimas de abuso sexual encuentran en los demócratas, especialmente tras el movimiento MeToo. «Mientras los detalles de estas alegaciones de acoso y abuso sexual son complicadas, hay dos cosas que no lo son. Una es que las mujeres merecen ser tratadas con dignidad y respecto, y cuando dan un paso adelante deben ser escuchadas, no silenciadas. Lo segundo es que sus historias deben ser objeto de una investigación apropiada y de escrutinio», enfatizó Biden.

El ex vicepresidente de Obama comparecía horas después en directo para defenderse de esas acusaciones de abuso y acoso sexual. A pesar de desmentirlas, tanto Biden como el resto de la cúpula del Partido Demócrata son muy consciente de la lucha liderada por los liberales en la igualdad de género y dar voz a las mujeres que denuncian conductas inapropiadas de los hombres. Aunque, en su caso, no se va a llevar a cabo, por ahora, ninguna investigación.

Los demócratas creen en la palabra de quien opta por su partido a la presidencia del país y se aferran a la ausencia de denuncias previas por parte de la supuesta víctima de sus abusos. La estrategia del partido ante la complejidad de uno de sus temas insignia y más defendidos en su programa electoral parece centrarse ahora en dejar en manos de los medios de comunicación las pesquisas del escándalo, tal y como ponía de manifiesto el comunicado del propio Biden.

«Las organizaciones de noticias responsables deben examinar y evaluar el registro completo y creciente de inconsistencias en su historia, que ha cambiado repetidamente», publicó Biden, añadiendo: «Después de hablar con docenas de ex empleados, no han encontrado ni una sola queja que corrobore sus alegaciones».

Varios rotativos estadounidenses, como «The Washington Post», «The New YorkTimes» o «The Intercept», han publicado entrevistas a varias personas del entorno de Reade, como su hermano y unas amigas, confirmando que la denunciante les habló del incidente en su día y que tenían constancia de un supuesto «suceso traumático» con el candidato demócrata.

Biden ya se había enfrentado hace más de un año a otras denuncias por comportamiento inapropiado de otras mujeres. Fue entonces cuando entre Tara Reade asegura haber encontrado el valor para denunciar su caso. Varias ex empleadas del demócrata aseguraron el año pasado que Biden ponía habitualmente las manos en sus hombros, les daba besos en la nuca o juntaba su nariz a la suya acercando la cabeza. El propio Trump tuiteó entonces un meme burlándose del ex vicepresidente por poner sus manos sobre los hombros de las mujeres.

Aunque ninguna de esas mujeres denunció formalmente a Biden y, por otro lado, la actual versión de acoso y abuso sexual de Tara Reade ha escalado drásticamente desde entonces.

«Siempre pensé que la política iba sobre conectar con la gente, estrecharse las manos…», justificó en su defensa el ex vicepresidente ante esas acusaciones. «Ahora lo entiendo. Seré más consciente del espacio personal de las mujeres», prometió.