Siria

Los cristianos de Siria miran con recelo al nuevo régimen

Un atentado yihadista ha dejado 25 muertos en una iglesia grecolatina

Damascus (Syrian Arab Republic), 22/06/2025.- Emergency services work at the scene of a suicide bombing at Mar Elias Church on the outskirts of Damascus, Syria, 22 June 2025. Syrian authorities reported at least nine killed and 13 others injured in the attack, adding the suicide bomber was affiliated with the so-called Islamic State (IS or ISIS) terrorist organization. (Terrorista, Siria, Damasco) EFE/EPA/MOHAMMED AL RIFAI
Daños causados en el atentado contra una iglesia cristiana en DamascoMOHAMMED AL RIFAIAgencia EFE

Superado el medio año desde la caída del régimen de Bachar al Asad y la llegada a Damasco de los antiguos yihadistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS), los cristianos sirios -menos del 2% de la población- asimilan su sombrío futuro una semana después de la matanza ocurrida en la iglesia greco-ortodoxa de San Elías, en el damasceno barrio de Dawaila. Un individuo armado abrió inicialmente fuego contra los feligreses que se encontraban escuchando la misa del domingo antes de inmolarse.

El balance del atentado, reivindicado días después por la semidesconocida organización yihadista Saraya Ansar al Sunna -un grupúsculo vinculado en el pasado con HTS-, es de 25 muertos y más de seis decenas de heridos. El lunes el Ministerio del Interior anunciaba la detención de varios individuos vinculados con el crimen y la incautación de material logístico y explosivo. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, el atentado contra la iglesia de San Elías es el primer ataque suicida contra los cristianos desde 211. Tres días después, el miércoles, un desconocido abrió fuego directamente contra un hombre -que acabó falleciendo- frente a la iglesia de Santa Tecla en la ciudad de Latakia, aunque no está confirmado que el propósito del atacante fuera el de atentar contra un símbolo cristiano.

La matanza, aunque constituye un hecho inédito desde el fin del régimen de Asad, se produce en un contexto de una cada vez mayor desprotección y violencia hacia las minorías religiosas sirias. A pesar del tono moderado de sus palabras y su llamada reiterada al respeto de las minorías, lo cierto es que el presidente Ahmed al Sharaa y su gobierno de transición están siendo incapaces de garantizar la seguridad de drusos, alauíes y cristianos, las tres comunidades religiosas más importantes después de los muy mayoritarios suníes.

"Tienen miedo, pero han expresado sus opiniones con valentía"

El golpe para los cristianos, que en algo más de una década han pasado de ser el 10% a verse reducidos a un porcentaje de entre el 1 y el 2% de la población siria -algunas estimaciones rebajan el porcentaje aún más-, puede ser definitivo hacia su extinción completa."Tienen miedo. Pero han expresado sus opiniones con valentía. Algo que en algunas ocasiones no se ha manifestado como prudente", afirma a LA RAZÓN la joven siria Jocelyn al Haddad. Los menos de 300.000 sirios cristianos se reparten entre miembros de la Iglesia ortodoxa de Antioquía y la Iglesia ortodoxa siríaca -mayoritarios-, católicos -la Iglesia greco-melquita católica es la principal, aunque también los hay de rito maronita, antioqueno o latino- y protestantes.

La exigua población cristiana de Damasco y Alepo ya sufrió episodios de vandalismo coincidiendo con las celebraciones de Navidad. "Desde diciembre grupos extremistas han venido rondando zonas cristianas, defendiendo la expansión del islam y abroncando a las mujeres por su indumentaria; también a los hombres por 'infieles'. En otras ocasiones los propios vecinos los expulsaron. Pero desde el Gobierno nadie hace nada", concluye a LA RAZÓN Amer Shammas, médico sirio de confesión cristiana residente hace apenas unos meses en Alemania.

"Eso por no hablar de los secuestros rápidos, hasta el punto que desde diciembre y hasta ahora, nadie se atreve a salir de casa después de las seis de la tarde. Hay una situación de miedo y de estrés permanente entre los cristianos", explica el joven. Tanto Amer como Jocelyne han abandonado el país en los últimos tiempos junto a sus familias.

Porque los últimos cristianos sirios de Damasco, reunidos casi todos en su bastión de Bab Touma, se preguntan qué falló para que se produjera la masacre si el Gobierno sabía de la presencia de estos grupos extremistas y había prometido defenderles. "Los agentes públicos de seguridad impuestos por el Gobierno vieron a estas personas entrar en la zona, pero no hicieron nada", asegura a este medio Shammas.

Los líderes de las iglesias sirias llaman a la calma y la unidad

Por su parte, el presiente sirio había aseverado horas después del ataque la "importancia de la solidaridad y la unidad del gobierno y la gente a la hora de afrontar todo lo que amenaza a nuestra seguridad y estabilidad nacionales". Entretanto, el pasado miércoles, los líderes de las iglesias sirias llevaron a cabo una comunicación conjunta llamando a la calma y la unidad, al tiempo que reclamaron una mayor protección a las autoridades: "Pedimos a todos los actores políticos, sociales y religiosos que ejerzan la sabiduría y la precaución en sus afirmaciones públicas y acciones".

Un mensaje prudente para unas iglesias que son conscientes de que millones de sirios suníes no olvidan la cooperación de los cristianos con el régimen dictatorial de los Asad, que -apoyado en miembros de la comunidad alauí- hizo gala siempre de su respecto a las minorías religiosas.

En vísperas del fin de semana la capital siria era escenario de unos funerales llenos de dolor e indignación y las iglesias de todo el país registraron vigilias en recuerdo de las almas de los caídos, muchos de ellos muy jóvenes. "La verdad es que el Gobierno está engañando a la UE y a Occidente haciéndoles creer que aceptan la libertad y las otras religiones, pero no es lo que están haciendo. El Gobierno apoya a estos grupos por detrás aunque dice que los combate. En realidad tiene miedo de que si se muestran contrarios a ellos estos puedan dar un golpe de Estado", concluye el médico sirio Amer Shammas.