Donald Trump

Acorralado por la covid-19, Trump aprueba una ayuda para los parados

El presidente de EE UU toma la iniciativa con una orden ejecutiva que destina los desempleados 400 dolares extra

President Trump Returns to the White House from Bedminster
Donald Trump llega a la Casa BlancaStefani Reynolds / POOLAgencia EFE

Donald Trump firmó este sábado una orden ejecutiva y varios memorándums decisivos. Entre las medidas se incluye un cheque mensual de 400 dólares para los desempleados y exenciones fiscales a los trabajadores con ingresos anuales menores de 100.000 dólares.

Trump toma así la iniciativa ante la incapacidad de congresistas y senadores para concertar un segundo plan de estímulo y ayuda económica. Ciertamente no está nada claro que entre las atribuciones presidenciales figure la aprobación de estas normas. Pero su gesto pone en jaque tanto los reglajes institucionales como, y esto le importa bastante más, el relato de sus rivales demócratas.

Esos que insisten en que el presidente es sordo a las necesidades de alivio de millones de damnificados por la pandemia. Si quieren detenerle ahora tendrán quec acudir a los tribunales. Como por otra parte es ya una constante en una de las presidencias más viscerales en décadas.

Regalándole el argumento de que mientras la burocracia de Washington es incapaz de actuar, paralizada por sus mezquinas contiendas, mientras los demócratas piden que el cheque sea de al menos 600 dólares mensuales y los republicanos aspiran a que no sea superior a 200, él apuesta por una solución salomónica.

El plan de ayuda aprobado consensuado a finales de mayo por la Casa Blanca y el Congreso, que extendía cheques de 600 dólares al mes a los parados, expiró el pasado 31 de julio. El histórico paquete de estímulo económico, por valor de más de dos billones de dólares, destinó miles de millones a cheques de ayuda en función de los ingresos familiares y el número de personas que viven en cada hogar, regó con 100 mil millones de dólares los hospitales y puso en pié un plan de préstamos crucial para miles de empresas al borde del abismo económico.

Retador, Trump especula ahora con que los legisladores pueden y deben volver a negociar con independencia de su orden ejecutiva. Insiste en que las puertas de los juzgados están abiertas para quienes deseen atajar su iniciativa de auxilio económico. De alguna forma acumula nuevos poderes. Al margen de cuanto estipulan los procedimientos estipulados. En el peor de los casos espera obtener una resonante victoria de corte propagandístico.

Para argumentar a favor de su iniciativa Trump no ha dudado en retuitear las reflexiones del locutor radiofónico Mark Levin. El ex jefe de personal del fiscal general con Ronald Reagan, siempre belicoso, pregunta cómo puede nadie cuestionar las acciones de Trump cuando hace apenas un lustro Barack Obama hizo algo bastante similar cuando instituyó el DACA, las protecciones temporales para evitar la expulsión de millones de niños y jóvenes sin papeles, nacidos fuera del país, pero que han crecido y estudiado en EE.UU.

«¿Por qué los demócratas y sus propagandistas mediáticos se opondrían a las órdenes ejecutivas», preguntaba Levin, «si apoyaron a Obama en nombre de los extranjeros ilegales, y las órdenes del presidente Trump en realidad ayudan a decenas de millones de ciudadanos estadounidenses?». Se da la circunstancia que el pasado 18 de junio el Tribunal Supremo, por 5 votos a 4, votó contra la pretensión de la Casa Blanca de tumbar el DACA.

Los abogados del gobierno argumentaron, entre otras cosas, que Obama no tenía competencias para actuar al margen del poder legislativo. Los jueces respondieron sin entrar al fondo del asunto. «No decidimos si el DACA o su rescisión son políticas acertadas», escribieron los magistrados, «la bondad de esas decisiones no es de nuestra incumbencia. Sólo abordamos si el gobierno cumplió con el requisito de procedimiento de proporcionar una explicación razonada de su acción».

Entrevistada por Dana Bash, en la CNN, Nancy Pelosi, presidente del Congreso y líder de los demócratas en el legislativo, calificó las medidas de absurdamente inconstitucionales. De paso explicó que antes de tomar cualquier acción judicial será imprescindible analizar con lupa la letra pequeña de lo firmado y avisó de que la Casa Blanca no puede impostar una serie de parches al tiempo que margina los poderes de la Cámara que preside.