Refugiados

El dilema de Grecia con los refugiados de Lesbos: reubicarlos sin premiar los incendios intencionados

Europa empieza a movilizarse pero el Gobierno griego no quiere lanzar una señal equivocada

Niños refugiados permanecen acampados a lo largo de la carretera que une Moria con Mytilene
Niños refugiados permanecen acampados a lo largo de la carretera que une Moria con MytilenePetros GiannakourisAP

Una semana después del devastador incendio del campo de Moria, que dejó sin techo a más de 12.000 personas, comienzan las primeras ofertas de acogida de Europa, pero el Gobierno griego no quiere lanzar una señal equivocada y reubicar solo a los refugiados de un campo incendiado a propósito.

Alemania ha sido el primer país en dar el paso, igual que en 2015, si bien esta vez la cifra de adultos que está dispuesta a acoger, 1.553 personas, es más que modesta para un país con 80 millones de habitantes.

Muchos alcaldes se han ofrecido a acoger más, pero se han topado con la resistencia del Gobierno central, que quiere evitar echar leña al fuego de la ultraderecha, cuyo argumento principal es que reubicando a migrantes tras un incendio provocado se les incita a este tipo de delitos a los que están en otros campos.

El Gobierno del conservador Kyriakos Mitsotakis comparte esta preocupación y por eso ha decidido que ninguno de los traslados se hará desde Lesbos, sino desde otras islas con campos o desde la parte continental de Grecia.

El martes, Mitsotakis acordó con la canciller alemana, Angela Merkel, el traslado de esas 1.553 personas, todo familias que ya han obtenido asilo y que provienen "de las islas", recalcó el Gobierno.

Se trata de una medida positiva que no recompensa en modo alguno a quienes intentan entrar ilegalmente en el país, sino que vuelve a traer al debate europeo la cuestión de la reubicación de refugiados” y la necesidad de aliviar a los países de primera acogida, dijeron fuentes gubernamentales.

ONG, como Human Right Watch (HRW), en cambio, han urgido a todos los países a reubicar a los solicitantes de asilo de Lesbos, que son los que están en situación de máxima necesidad.

El investigador de crisis y conflictos de HRW, Belkis Wille, señaló hoy en un comunicado que la Unión Europea debería aprovechar la experiencia de su Mecanismo de Reubicación de Emergencia de 2015, y los Estados miembros reubicar "urgentemente" a los que se han quedado sin techo en Lesbos, aprovechando mecanismos como la reunificación familiar y visas humanitarias.

Todos abandonarán Lesbos antes de Semana Santa

El ministro de Protección Ciudadana, Mijalis Jrisojoidis, ha prometido que antes de Navidad se habrá trasladado a la parte continental de Grecia a la mitad de los migrantes de Lesbos -el 70 % son afganos- y que antes de la próxima Semana Santa se habrá marchado el resto.

Una portavoz del Ministerio de Migración precisó hoy a Efe que lo que se contempla básicamente es ampliar los programas de repatriación voluntaria, y para todos los que no tengan derecho a asilo pero sí a protección subsidiaria, trasladarlos a la parte continental.

De esta forma se iría vaciando esta saturada isla que ha cargado junto a otras cuatro más pequeñas del mar Egeo la mayor parte de la crisis migratoria.

Eso no quita que no vaya a haber un campo. El Gobierno sigue decidido a montar uno definitivo, cerrado, controlado y más pequeño que Moria, en el que a ser posible, ondee también la bandera de la Unión Europea.

Desde el incendio hace una semana la carretera de acceso a la capital desde el noreste está cortada al tráfico, porque allí es donde se ha instalado la inmensa mayoría de los residentes del desaparecido campo de Moria.

Muchas familias han montado pequeñas tiendas de campaña en los aparcamientos de dos supermercados y dos gasolineras, que han tenido que cerrar y llevan ahora una semana sin facturar.

Las reticiencias hacia el nuevo campo se mantienen

Mientras tanto, el número de personas que se deciden a entrar en el nuevo campo de Kará Tepé sigue creciendo a cuentagotas.

De momento son 1.200 personas repartidas en las 600 carpas de ACNUR instaladas hasta el momento.

Las instalaciones sanitarias siguen siendo precarias, pero de haber solo inodoros portátiles, poco a poco se están colocando también duchas portátiles y hay agua corriente.

"Está claro que nadie es feliz si tiene que vivir en esas condiciones, pero las familias que han entrado en el campo empiezan a darse cuenta de que allí están más seguras, y a salvo de la COVID-19", señaló la citada portavoz.

Todo el que entra debe someterse a una prueba rápida, y hasta ahora se han detectado 35 casos. Todas las personas que dan positivo y sus familias son aisladas en una zona de carpas reservada para tal efecto.

Mientras no se haya aclarado la situación en el exterior, los que han entrado voluntariamente no pueden salir del campo. “Correrían riesgo de contagiarse y deberían hacerse la prueba cada vez que vuelven a entrar, eso no es posible”, añadió la portavoz.