Elecciones en EEUU 2020

La vuelta de Trump aviva la ansiedad de los periodistas de la Casa Blanca

Los informadores que cubren la actividad del presidente se quejan de la ausencia de mascarillas y las pocas medidas de seguridad

Desinfección de la sala de conferencias de la Casa Blanca ante la vuelta de Trump
Desinfección de la sala de conferencias de la Casa Blanca ante la vuelta de TrumpKEN CEDENO / POOLEFE

El regreso del presidente Donald Trump a la Casa Blanca tras pasar tres días ingresado por coronavirus aumentará sin duda el nivel de ansiedad ya de por sí elevado de los periodistas acreditados para seguirlo.

Tres informadores dieron positivo por COVID-19 en los últimos días mientras cubrían actos de una Casa Blanca descrita como laxa, en el mejor de los casos, en cuanto a medidas de seguridad y protocolos a seguir sobre covid, como el uso de la mascarilla.

El malestar aumentó el lunes con la noticia de que la secretaria de prensa Kayleigh McEnany había dado positivo. Los periodistas se preguntan si un presidente aún contagioso los reunirá para una aparición pública y cómo se garantizará su seguridad.

Después del anuncio del positivo de McEnany el lunes, el corresponsal jefe de Fox News en la Casa Blanca, John Roberts, pasó parte de su tarde esperando en urgencias para someterse a una prueba. Había asistido a la sesión informativa de McEnany el jueves pasado. Ella no usaba mascarilla. Ni tampoco la usaba una de sus asistentes que también dio positivo. Roberts estuvo sentado cerca de ambas. Dio negativo.

Él lo considera un inconveniente, pero hay quien ya empieza a calificarlo de otras maneras.. La corresponsal de American Urban Radio Networks, April Ryan, dijo que le enfurecía que Trump y su equipo hubieran arriesgado la salud de sus colegas. Kaitlan Collins de CNN dijo que era “irresponsable, en el mejor de los casos”. “Es frustrante”, dijo Jonathan Karl, corresponsal de ABC News en la Casa Blanca. “Francamente, te enfada”.

Trump se toma muy en serio la salud y la seguridad de quienes trabajan para él y lo cubren, defiende el portavoz Judd Deere. Asegura que la Casa Blanca trabaja para incorporar las mejores prácticas para limitar la exposición al COVID-19 tanto dentro como fuera, cuando el presidente está de viaje. Sin embargo, a Trump claramente no le gustan las mascarillas, y su personal lo sabe.

La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca ha colocado carteles en la puerta de la sala de conferencias de prensa que dicen que se requieren mascarillas para la entrada. “Las únicas personas que habitualmente no han seguido esa regla han sido el personal de la Casa Blanca”, denuncia Karl. Cuando se les pregunta por qué, los empleados generalmente dicen que no usan mascarilla porque dieron negativo ese día, explica el corresponsal de CBS News, Weijia Jiang. Pero los médicos han dejado en claro que una prueba negativa no significa que no se tenga COVID-19 o que no sea sea contagioso, “por lo que parece que cubrirse la cara es una forma sencilla de proteger a las personas”, dijo.

Michael D. Shear de The New York Times es el único periodista que ha revelado que su test dio positivo. Shear no puede decir con certeza dónde contrajo el virus, pero cubrió el mitin de Trump en Pensilvania el 26 de septiembre y regresó en el Air Force One, donde el presidente habló con los reporteros sin máscara. “Lo que es frustrante es saber que los riesgos se pueden mitigar si se lo toman más en serio”, dijo el lunes. Shear se sometió a una prueba de coronavirus el jueves por la noche y descubrió que era positivo a la mañana siguiente; ahora teme contagiárselo a a su esposa. Nadie en la Casa Blanca lo ha criticado por llevar una mascarilla, pero ha habido ocasiones en las que la gente le ha dicho: “No puedo oírte”. "Simplemente hablo más alto en ese momento”, dijo. “No me voy a quitar la máscara”.

Shear se muestra sorprendido de que nadie en la Casa Blanca se haya acercado a él para rastrear contactos. Tras las pruebas positivas para Shear y otras dos personas, la WHCA recomendó el teletrabajo remoto para todos los reporteros que no forman parte del grupo de prensa del día y que no tienen un espacio de trabajo fijo. El grupo de prensa de 13 miembros, con un elenco rotativo de periodistas para medios digitales e impresos, es responsable de seguir al presidente cuando deja la Casa Blanca; La WHCA se quejó el domingo cuando el grupo no fue avisado del paseo en coche de Trump fuera del hospital.

En general, la Casa Blanca ha respondido a las preocupaciones de seguridad de la WHCA, dijo Zeke Miller, presidente de la asociación y reportero de Associated Press. Por ejemplo, la Casa Blanca dispuso aumentar la separación entre la audiencia de los mítines de Trump y los periodistas.

AP tiene su propio sistema de rotación, por lo que solo tiene un reportero en la Casa Blanca mientras que otros trabajan desde casa. Si uno entra en contacto con alguien que ha dado positivo, todo está preparado para vaya a un hotel y no a casa con su familia, aunque todavía no ha ocurrido.

La situación es marcadamente diferente en el Capitolio, dijo Andrew Desiderio, quien cubre el Senado. Con la excepción del senador de Kentucky Rand Paul, prácticamente todo el personal y los senadores usan máscaras, asegura. Siguen el ejemplo del líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell.

Por eso, Desiderio no está preocupado por la entrevista de siete minutos que realizó la semana pasada al senador de Wisconsin, Ron Johnson, días antes de que Johnson revelara que dio positivo. Ambos hombres usaban máscaras y mantuvieron la distancia, dijo.

Pero en la Casa Blanca es diferente y Ryan dijo que está preocupada por sus compañeros periodistas. Con problemas de salud subyacentes, ha estado haciendo su trabajo desde casa desde marzo. “A mis colegas, les doy todos mi apoyo”, asegura. “Pero no me inscribí para morir por esto, especialmente por alguien que siempre dice que somos el enemigo”.