La ginecóloga Ghada Hatem, fundadora de la Maison des Femmes, en su consultorio de la comuna de Saint Denis, a las afueras de París y Georges Salines es el presidente fundador de la asociación 13Onze15 que reúne a los sobrevivientes y parientes de víctimas de los atentados de Paris del 13 de noviembre de 2015

“En Francia hacemos leyes pero no nos preocupamos en aplicarlas”

LA RAZÓN conversa con el fundador de la asociación de víctimas de Bataclán, George Salines, y con la doctora Ghada Hatem sobre el proyecto de Macron contra el “separatismo islamista”

Este miércoles, el primer ministro francés, Jean Castex, presentó la nueva “Ley de Fortalecimiento del Respeto a los Valores Republicanos”, un sonoro nombre para la nueva herramienta que el Gobierno ha creado para combatir el radicalismo islámico. Esto, en un contexto delicado luego de los tres violentos ataques a cuchillo que se vivieron entre septiembre y octubre, incluyendo la decapitación del profesor Samuel Paty, por haber mostrado caricaturas de Mahoma en su clase de historia.

El proyecto se conoce más por su apodo: “Ley contra el Separatismo”, que plantea una lucha contra las ideas y acciones que pudieran causar una separación de la sociedad y un desconocimiento a los valores de la laicidad y la libertad, tan preciados en Francia.

La ley, en sus 50 artículos, plantea varias restricciones: el control sobre el financiamiento de los lugares de culto, especialmente las mezquitas y sus imanes; la fuerte limitación de la escolaridad en casa por considerarse una fuente de radicalización religiosa, la prohibición de los certificados de virginidad (exigidos mayormente por las familias musulmanas), la tipificación de delitos de odio en internet, incluyendo la publicación de datos (teléfono, dirección) que pudieran poner en peligro a la persona expuesta y finalmente, el refuerzo de la neutralidad religiosa para trabajadores de servicios públicos. Nada de velos, cruces ni kipás.

Ahora bien, el verdadero desafío está en aplicar esta ley sin criminalizar a una población importante y numerosa en Francia: la comunidad musulmana. Castex lo ha recalcado: “No es un texto contra la ley musulmana ni una ley que causará división… sino un texto que garantiza que ninguna religión puede estar por encima de la ley”.

Conversamos con George Salines, padre de Lola, una de las 98 víctimas que cayeron bajo las balas terroristas del Teatro Bataclan. Salines, fundador de la asociación 13Onze15 que reúne a sobrevivientes y parientes de los fallecidos del 13 de Noviembre de 2015 en París, advierte el riesgo: “Esta ley no aporta gran cosa a las leyes que ya existen. En Francia, lamentablemente, hacemos leyes con frecuencia pero no nos preocupamos de la aplicación de esas leyes en el terreno” dice Salines.

“Y además, el riesgo que corremos con esta ley es vejar a todos los musulmanes. Estamos endureciendo la laicidad, sí, pero eso no me parece útil en la lucha contra el terrorismo. Hay que evitar que los musulmanes se sientan constantemente excluidos y rechazados, observados con desconfianza. Hay que decirles: “Ustedes son ciudadanos franceses de todo derecho”. Si dejamos pensar a los jóvenes musulmanes que no tienen un lugar en Francia, facilitamos la radicalización. Hay una frase de Jean Beaubérot, historiador y gran especialista en la laicidad, que resume mi opinión: ‘Es un problema de eficacia. Hay que golpear justo donde se debe y no a un lado. Le hacemos daño a quienes no merecen nuestros golpes y no somos eficaces contra el verdadero enemigo’ – remata Salines.

Ir a prisión por certificar la virginidad

Uno de los aspectos más delicados de la ley es la prohibición del llamado “certificado de virginidad”, que no es más que un papel emitido por un médico para hacer constar que una joven comprometida para casarse no ha tenido ninguna relación sexual.

Para algunos, suena aun documento de la Edad Media, escrito a pluma y en pergamino rústico. Pero en Francia, con una población musulmana de al menos 5 millones de personas, la petición llega con frecuencia.

La ley contra el Separatismo plantea una solución que el gremio médico encuentra absurda: castigar al ginecólogo que firma el certificado con 15.000 euros de multa y 1 año de prisión.

La doctora Ghada Hatem es fundadora de la “Casa de la Mujer” (Maison des Femmes), donde se realizan reconstrucciones de mujeres sexualmente mutiladas, interrupciones de embarazo y acompañamiento psicológico a mujeres que han sido violadas o agredidas. Esto, en la comuna de Saint Denis, que concentra la mayor población musulmana en la región capital.

Hatem reconoce abiertamente que emite esos certificados de virginidad sin practicar ningún examen, para ayudar a las jóvenes mujeres que arriesgan su vida en ello: “Esas muchachas vienen a nuestra consulta y nos dicen que las familias de sus futuros esposos quieren asegurarse de que son vírgenes. Y entonces nosotros tomamos una hoja de papel y escribimos: ‘Yo certifico que la señorita es virgen, que no ha tenido ninguna relación sexual, su anatomía es normal, bla, bla, bla…’ encontramos una fórmula genérica para emitir un papel que, de todos modos, no tiene ningún valor jurídico. No examinamos a la chica. Un examen de virginidad requiere separar las piernas, observar si hay himen e incluso introducir los dedos. Nosotros, los médicos, no hacemos eso. Es espantoso. Pero si la joven necesita el papel para que su familia la deje en paz, pues hacemos el papel”.

Hatem está segura de que la nueva ley frenará la emisión de certificados de virginidad porque “al fin y al cabo, ningún médico quiere ir a prisión”. Pero también afirma que eso no resolverá el problema, al contrario, sostiene que lo único que puede cambiar esta situación es la educación: “Educar a las familias: las niñas y los niños. Decirles que una niña es igual a un niño. Que si un hombre quiere hacer el amor pues la mujer también” - dice la ginecóloga. “Cuando uno aprende eso desde pequeño, termina por creerlo. Mientras que hoy, los varones están convencidos de que pueden hacer lo que quieran pero que, a la hora de casarse, pueden exigir que la novia sea ‘limpia’. Y a los padres, hay que enseñarles también que una joven que ha tenido una historia de amor previa no es una puta”.

La Ley de Fortalecimiento al Respeto de los Valores Republicanos será debatida en el Parlamento en las próximas semanas, tomando en cuenta dos ejes principales: su efectividad y la constitucionalidad de sus medidas. El senador Philippe Bas, del partido derechista Les Républicains, lo resume así: “Reforzaremos las herramientas de lucha contra el sectarismo y el islamismo radical, pero nos aseguraremos de que se haga respetando las libertades fundamentales.”