Análisis
“Dover ha sido una lección para aquellos que subestimaron la interrupción que habría significado la ausencia de acuerdo”
Analizamos el tratado comercial post Brexit junto a Philip Catney, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Keele
Por fin ha llegado el desenlace de las negociaciones del Brexit comercial entre la UE y Reino Unido. Después cuatro años y medio, y unos últimos días y horas agónicas, Londres y Bruselas han cerrado un acuerdo. Preguntamos a Philip Catney, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Keele, por este tratado post Brexit, para quien esta vez es diferente, y también lo será en el Parlamento británico.
–¿Por qué esta vez Johnson y Von der Leyen han cerrado un trato?
–En resumen, se acabó el tiempo. Un plazo (real) es muy eficaz para concentrar las mentes y empujar a las partes respectivas a avanzar en cuestiones en las que hasta ahora solo habían hecho pequeñas concesiones. El tema de la pesca, si bien es simbólicamente importante, nunca llegamos a ser lo suficientemente grandes como para descarrilar las conversaciones. El Gobierno británico parece que se movió de manera significativa hacia la posición de la UE en este asunto.
– ¿Se va a aprobar en el Parlamento británico?
–Casi seguro. La oposición laborista ha señalado que no votará en contra del acuerdo, aunque varios de su parlamentarios se rebelarán y votarán en contra del acuerdo. El «Brexiter European Research Group» ha dicho que revisará el acuerdo, pero Johnson no es un rehén de él como lo era Theresa May y lo fue antes de las últimas elecciones. Los diputados están muy agotados y es muy probable que cuando se vuelva a convocar el Parlamento, la semana que viene, se llegue a un acuerdo en este lado del Canal de la Mancha.
–Entonces, ¿esta vez es diferente? Recuerdo aquellos días en que la primera ministra Theresa May hizo un trato en Bruselas y después en Londres era rechazado...
–Esto es diferente. El Parlamento y el público en general quieren que esto termine. Theresa May no tenía la mayoría en la Cámara de los Comunes que Johnson tiene y tampoco el mandato para las concesiones que tenía que hacer para intentar lograr un acuerdo comercial integral. Este acuerdo parece no cubrir los servicios, que representan el 80 por ciento de la economía de Reino Unido, lo que es un problema si no se puede llegar a un acuerdo rápidamente.
–¿Cree que la pandemia y los problemas en Dover y el Canal de la Mancha tienen algo que ver con la actitud británica final de cara a las negociaciones?
–El acuerdo estaba en una etapa muy avanzada antes de que surgieran los problemas fronterizos, pero es casi seguro que habrá ayudado a enfocar las mentes en Downing Street y Whitehall sobre las consecuencias de un Brexit sin acuerdo. Nuestro secretario de Relaciones Exteriores, cuando era secretario del Brexit, Dominic Raab, dijo que no había apreciado la importancia de la ruta deDover y Calais en el suministro de mercancías a Reino Unido. Esta habrá sido una lección más para aquellos que previamente subestimaron la interrupción que habría significado la ausencia de acuerdo. En medio de una pandemia cuando las líneas de suministro se han tensado, un Brexit sin acuerdo habría sido extremadamente imprudente.
–Respecto a la pesca, ¿por qué es tan importante para los negociadores británicos? Incluso en los momentos finales, parece que un rifirrafe sobre la pesca de última hora retrasó el anuncio del acuerdo Brexit...
–La pesca se convirtió en un tema totémico para los «brexiters» y un marcador de soberanía para el Estado británico. Muchas de las áreas más fuertes del Brexit estaban ubicadas en la costa inglesa, por lo que el Partido Conservador no podía tomarse demasiado a la ligera las preocupaciones de las comunidades pesqueras. Dicho esto, la industria pesquera es una parte muy pequeña de la economía y de ninguna manera podría ser el obstáculo para un acuerdo.
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