Escalada de violencia

Al menos un adolescente fallecido y otros cuatro heridos por un tiroteo en Burdeos

Un coche abrió fuego de forma indiscriminada y alcanzó a un grupo de menores, las víctimas tienen entre 13 y 16 años, en lo que podría ser un nuevo episodio de guerra de bandas

Barrios de Aubiers en Burdeos
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Las edades de las cinco víctimas parecen imposibles: todos tienen entre 13 y 16 años. Fueron alcanzados por balas de arma automática este sábado por la noche en lo que pareciera ser un ajuste de cuentas entre bandas. Uno de ellos, un joven de 16 años, fue encontrado por los bomberos en estado de gravedad a las puertas del edificio que sirvió de escenario al tiroteo. Aunque fue atendido lo más rápido posible, fue declarado muerto media hora después en el hospital central de Burdeos.

Los vecinos tiemblan al contar lo que vieron esa noche: un coche que habría pasado varias veces frente al edificio, abriendo fuego indiscriminadamente e hiriendo principalmente a dos jóvenes que vendían bebidas en un kiosco improvisado en plena calle. Esto, luego de un cruce de palabras en medio del sector Les Aubiers que recibe el mote peyorativo de “la cité”, como se llama en Francia a los barrios de clase baja donde la criminalidad está a la orden del día.

Cuarenta cartuchos de bala

Los atacantes lograron escabullirse dejando unos cuarenta cartuchos de bala en el pavimento.

Parece un escenario demasiado feroz para los primeros días del año pero, en realidad, es una escalada de violencia que viene registrándose en Francia desde hace meses. El episodio de este sábado era el segundo registrado en 2021 en “la cité”, donde ya durante la nochevieja se contaban vehículos incendiados, paradas de bus y de tranvía destruidas, una oficina de correos quemada y ataques de fuegos artificiales de mortero contra la policía.

El mismo alcalde de Burdeos, Pierre Hurmic, reconoce que la situación se sale de control: “Estamos llegando a un nivel de violencia mucho más alto. Estamos viendo la presencia del crimen organizado en Burdeos, que siempre había permanecido fuera del fenómeno de la gran delincuencia”.

Armas largas

Por su parte, el director de seguridad de la ciudad, Amine Smihi, señala dos aspectos particularmente preocupantes: la circulación de armas de gran calibre y de detonación automática entre los más jóvenes y el grado de determinación de los perpetradores: “Estas personas no vinieron a presumir o a desafiar, vinieron obviamente con la intención de matar” – dice Smihi.

La violencia en Burdeos parece corresponder a una tendencia nacional de aumento de crímenes tanto en número como en intensidad. De 2018 a 2019 ya se registraba un aumento de 8% en la cantidad de homicidios, así como un 12% en lo que respecta a la violencia sexual.

En los últimos tres años, el presupuesto de seguridad francés ha aumentado en un millardo de euros, pero aun así no logra detener un aspecto que va más allá de las cifras: la crudeza de la violencia.

Los videos y relatos de las redes sociales ilustran escenas de terror que raramente se veían en Francia en años anteriores: la muerte de un chófer en Bayonne, asesinado a golpes por dos pasajeros en julio, los enfrentamientos armados entre menores de edad en Moselle en septiembre o peor aún: la verdadera guerra entre bandas chechenas y grupos de origen magrebí en la ciudad de Dijon, donde las hachas, pistolas y fusiles Kalashnikov sembraron el pánico durante cuatro noches en junio de 2020.

El mismo ministro del Interior, Gérald Darmanin, reconoció en una entrevista al diario Le Figaro que la violencia se desborda: “Tenemos que detener el salvajismo de una determinada parte de la sociedad. Debemos reafirmar la autoridad del Estado y aplicar la tolerancia cero. Estamos ante una crisis de autoridad”.

Por ahora, la Policía de Burdeos se prepara para estudiar a fondo los vídeos que registraron diferentes ángulos del tiroteo contra los adolescentes. También reunirá a la mayor cantidad de testigos que puedan aportar información. Esto, sabiendo que los habitantes del barrio podrían guardar un silencio sepulcral para protegerse de una eventual represalia.

Después de todo, nadie querría ponerse en la mira de una banda armada que impone su ley a sangre y fuego.