Elecciones en Francia

La derecha gala se rearma ante 2022

Tres barones regionales buscan salir reforzados hoy de cara a la carrera al Elíseo y Barnier también ambiciona hacerse hueco entre Macron y Le Pen

Tres barones regionales buscan salir reforzados hoy de cara a la carrera al Elíseo y Barnier también ambiciona hacerse hueco entre Macron y Le Pen.
Tres barones regionales buscan salir reforzados hoy de cara a la carrera al Elíseo y Barnier también ambiciona hacerse hueco entre Macron y Le Pen.AgenciasLa Razón

Si los resultados de la primera vuelta de las regionales del domingo pasado se confirmasen mañana en la segunda, la derecha clásica saldría como gran vencedora de esta cita electoral con importantes consecuencias para el futuro político de Francia. Estas regionales, de menor peso que unas autonómicas españolas, tienen, sin embargo, el poder de ser la antesala de las presidenciales del año que viene y de marcar las cartas para la próxima gran cita de los franceses con las urnas. El pasado domingo los sondeos no se cumplieron, y los partidos tradicionales, especialmente Los Republicanos (LR), resistieron la embestida de la ultraderecha ganando en la mayoría de sus feudos históricos.

La pandemia no habría tenido un efecto revulsivo para las filas de Marine Le Pen y estos comicios podrían convertirse en un escaparate para los grandes barones territoriales que ya ejercían el poder y, de paso, lanzar algunos de esos liderazgos para la carrera al Elíseo. La derecha clásica, que lleva desde la llegada de Macron al poder en 2017 intentando buscar su sitio entre la ultraderecha y el macronismo, tiene ahora una oportunidad de oro para reivindicarlo a través de varios nombres.

Algunos de ellos ya han presentado su candidatura para las presidenciales de 2022 y otros podrían hacerlo a la vuelta de verano. Hay tres liderazgos territoriales de la derecha, con diferencias entre sí, que pueden ganar mucho peso tras estas regionales: Xavier Bertrand, Valérie Pécresse y Laurent Wauquiez. Los tres con algunos puntos en común y con grandes diferencias que corresponden a las sensibilidades de la gran familia conservadora francesa y a la relación que cada uno de ellos consideran deben ejercer sobre la dupla Macron-Le Pen, el gran quebradero de cabeza para los conservadores durante estos cuatro últimos años desde que François Fillon fracasara en su intento de llegar al Elíseo en 2017 tras el escándalo de los empleos ficticios que afectó directamente a su esposa en plena campaña electoral.

Xavier Bertrand es el presidente de la región Altos de Francia, que engloba núcleos urbanos como Lille, desde 2015, cuando ganó a Le Pen en la región predilecta de ésta. Desde entonces, este ex ministro de Trabajo de la era Sarkozy y de Sanidad en la era Chirac, no ha dejado de mostrar sus ambiciones por competir con Macron en 2022 haciendo de su feudo un escaparate ejemplar de cómo ganar a la ultraderecha y, al mismo tiempo, criticar las políticas del presidente francés tildándolas de «liberales anglosajonas» y con déficit en materia de seguridad. En primera vuelta arrasó en su región con un 41,3% de los votos, mientras la lista del Reagrupamiento Nacional (RN) de Le Pen se quedó en un 24%. Todo hace pensar que en esta segunda no solo saldrá reelegido, condición que estableció para seguir adelante con su plan para las presidenciales, sino que saldrá muy reforzado para luchar por la cotizada nominación.

Más arriesgada es la jugada que hoy pone sobre la mesa la gran lideresa de la familia conservadora, Valérie Pécresse, presidenta de la región parisina. En la primera vuelta ganó claramente con el 34%, pero en esta segunda vuelta ha decidido enfrentarse a una lista que engloba a toda la izquierda en bloque sin apoyarse en lista macronista, una estrategia en la que muchos analistas ven sus intenciones de cara a 2022: demostrar que la derecha clásica no se deja fagocitar por el partido en el Gobierno e ir sola a la batalla. Si le sale mal y hoy ganara la lista de la izquierda, Pécresse perdería comba para luchar para las presidenciales en favor de Bertrand y otros barones conservadores. Pero si le sale bien, pasaría a ser la gran favorita con la región parisina como trampolín para el Elíseo.

Presidenta de Isla de Francia desde 2015, su mandato ha estado caracterizado por medidas como el fuerte incremento de la videovigilancia o las ayudas a jóvenes en materias como transportes. Conservadora clásica, Pécresse ha sido muy crítica con la línea de su partido, Los Republicanos, por aproximarse en ocasiones a postulados de la ultraderecha. De hecho, creó su propia formación dentro del partido llamada «Soyons Libres» (Seamos libres) en julio de 2017. Una plataforma política adscrita a los conservadores desde donde marca su propia línea, algo que le ha llevado a tener voz propia y ganar mucha popularidad en los últimos años, también entre votantes progresistas.

Precisamente, Pécresse se distanció de la línea del partido cuando éste fue presidido por Laurent Wauquiez, presidente de Auvernia-Ródano (región de Lyon) que en primera vuelta también arrasó con el 43%. Wauquiez abandonó la presidencia de Los Republicanos tras los malos resultados de las elecciones europeas de 2019 y tras ser criticado por figuras como Pécresse por acercarse a postulados de la ultraderecha, pero sus ambiciones siguen estando ahí. De los tres, es el único que no ha anunciado antes de estas regionales sus intenciones por competir por las presidenciales, pero según cita el diario «Le Parisien» consultando a su entorno, Wauquiez reflexionará tras su resultado de hoy para tomar una decisión durante el verano. Con fama de «duro» en el partido, su elección no gustaría a quienes creen que los conservadores deben de presentar una oferta muy diferenciada del Reagrupamiento Nacional para competir con Macron.

Wauquiez pertenece a la generación de Macron, se llevan dos años. Como el presidente, exhibe un currículum académico brillante. Con una diferencia en favor de Wauquiez: éste logró ingresar en la Escuela Normal Superior –institución educativa de la élite intelectual–; Macron suspendió el concurso de acceso. Wauquiez, que ha sido alcalde, diputado y ministro, se lanzó a la carrera por el liderazgo de su partido, Los Republicanos, como un derechista sin complejos y esa sería también a priori su estrategia de cara a 2022.

Bertrand, Pécresse y Wauquiez simbolizan tres corrientes distintas para explorar esa candidatura conservadora y los tres parten con la ventaja del escaparate de sus feudos en las regionales respecto a un cuarto candidato que cada vez se hace más escuchar: Michel Barnier, o como se le conoce en Bruselas «monsieur Brexit». A sus 70 años, el negociador europeo en el divorcio de Reino Unido de la UE ha vuelto a Francia vendiéndose como el salvador de la familia conservadora ante la dupla Macron-Le Pen y con las credenciales que ha forjado durante todos estos años en Europa.

Para sus críticos, el problema de su candidatura sería el inverso al de Wauquiez: liberal y europeísta tendría muchas más semejanzas con el perfil del votante de Macron. De momento, ha presentado su libro y multiplica sus apariciones en medios consciente de que estos días no cuenta con el foco que tienen los barones conservadores regionales.