Cita en Moscú

Merkel exige a Putin la liberación del opositor Navalni

El líder del Kremlin insta a los países occidentales a no inmiscuirse en Afganistán y no tratar de imponer su sistema político

El líder ruso, Vladimir Putin, recibe ayer en el Kremlin a la canciller Angela Merkel
El líder ruso, Vladimir Putin, recibe ayer en el Kremlin a la canciller Angela MerkelDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Angela Merkel viajaba ayer a Moscú en su vigésima visita oficial a Rusia, última como canciller alemana. Merkel, muy consciente de que las relaciones entre Berlín y Moscú no están atravesando su mejor momento, decidió reunirse con Vladimir Putin con la voluntad de que su sucesor continúe un diálogo con el Kremlin que ella misma catalogó ayer de «contradictorio».

Tras casi tres horas de reunión, ambos líderes aparecían ante la Prensa abordando la situación en Afganistán que, según ellos, se había discutido con «carácter prioritario». Merkel, consciente de que las conversaciones entre Rusia y régimen talibán son fluidas, pidió prestar atención a cuestiones humanitarias con la «prioridad de brindar asistencia a las personas que han cooperado con Alemania durante los 20 años de misión de la OTAN».

Putin, cauto con todo lo que está sucediendo, considera contraproducente imponer en Afganistán formas de gobierno y vida que son inusuales para ese pueblo. «Es necesario frenar la política irresponsable de imponer los valores externos de alguien desde fuera, el deseo de construir democracias en otros países según los patrones de otras personas, sin tener en cuenta características históricas, nacionales o religiosas, ignorando por completo las tradiciones al que viven otros pueblos». Según el presidente ruso, ese tipo de experimentos socio-políticos nunca han tenido éxito, conduciendo a la destrucción de Estados.

A pesar del tiempo dedicado a Afganistán, Merkel no titubeó plantear a su colega ruso su preocupación por el estado de salud del opositor Alexei Navalni, a todas luces el escollo principal en las relaciones bilaterales. Precisamente, ayer se cumplía un año desde que el bloguero fuese ingresado en un hospital tras el intento de envenenamiento y por el que fue tratado en Alemania.

Merkel calificó la sentencia que condena a Navalni a la cárcel como «inaceptable» y «exigió» que fuera liberado. Según la canciller, «la situación es muy deprimente en torno a Alexei Navalni». El veredicto «le fue entregado sobre la base de una decisión judicial, que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos calificó de arbitraria y desproporcionada».

La respuesta de Putin fue contundente, ya que, según él, Navalni fue condenado por un delito económico contra sus socios extranjeros y «no por sus actividades políticas». El líder del Kremlin aseveró que «Rusia ya agotó su límite de revoluciones en el siglo XX» y no quiere más, solo «el desarrollo evolutivo de la sociedad» de su país.

Merkel, que continua su viaje en Kiev, se interesó por la situación en Donbás, instando a velar por el Acuerdo de Minsk para pacificar el este de Ucrania. «No hemos conseguido los objetivos que queríamos lograr con respecto a los acuerdos, pero este es el formato que tenemos, incluido el grupo de contacto trilateral. Hablaré en mi visita a Ucrania para facilitar la agenda, ya que cualquier avance puede ser decisivo» explicó. «Necesitamos evitar que este formato llegue a un callejón sin salida, aunque se prolongue durante un período más largo del que nos gustaría».